viernes, diciembre 30, 2005

El hipopótamo rosa del tragabolas: ¿por qué siempre está roto?

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Es fácil. De verdad que sí, pero antes de argumentar la respuesta a esta intrigante pregunta quisiera rendir un pequeño homenaje en forma de... algo a este mítico juego que de pequeño consiguió hacerme flipar tanto como lo flipan hoy los niños con la PSP o con las tetas de Terelu.

Yo nunca tuve un Tragabolas (me niego a hacer chistes de esos de doble sentido) en casa. Al que jugaba estaba en casa de mis primas en Sevilla, la cual visitaba de higos a brevas por lo que los encuentros con este juego eran siempre míticos ya que no me daba tiempo a acabar hasta los huevos de el, razón clave por la que los niños abandonan los juguetes más clásicos (y los que no lo son tanto).

¿Que no recuerdas como era?.
El Tragabolas estaba formado por cuatro hipopótamos (traga) y un puñado de bolas que se movían de un lado para otro por encima del tablero (bolas). Cada hipopótamo estaba fijo en el lateral del tablero y en su trasero tenían una palanquita que cuando la accionabas alargaba el cuello y abria la boca dando como una especie de bocao. En cada uno de esos bocaos se pillaban esas bolas que rodaban por el tablero las cuales iban a parar al estómago del hipopótamo.

Ganaba quien más bolas se había tragado.

Basta de rodeos, es hora de exponer mis dos claros argumentos sobre la pregunta lanzada por el gran Pepe (lo de gran no va ni por tu altura ni porque seas buena persona...) la cual ha quedado reflejada en el título.

1) Cuatro colegas de alrededor de 13 años se reunen para jugar al Tragabolas. Llevan toda la tarde deseando que den las seis de la tarde para ir a casa de Agustín (el menor de los Vilches) y echar una partida.

Dan por fín las seis y ahí se encuentran los cuatro colegas preparados para jugar, cuando llega ese momento siempre conflictivo en el que vuelan los cuchillos: LA ELECCIÓN DEL COLOR DEL HIPOPÓTAMO. O lo que es lo mismo, a ver quien es el marica al que le toca el hipopótamo rosa:

- Venga va, lo echamos a chinos, ¿no?
- Claro tio, como siempre.
- Joder Agustín, como te vuelva a tocar me descojono. UJUJUJUJU.
- Que coño me va a tocar... Ya me ha tocado las tres últimas veces.
- Va, venga... contamos. Uno, Dos, Tres............ veinticinto ¡¡Y LA PIRULA!!
- AJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA
- Agus tronco... te ha vuelto a tocar!
- JAJAJAJA... Menudo marica estas hecho... UJUJUJUJUJUJU.


Entonces los colegas empiezan a jugar y Agustín, envuelto aún en cólera por la humillación que acaba de sufrir, le da un tirón a la palanca del hipopótamo rosa y se lo carga pa siempre.

El hipopótamo rosa del tragabolas: ¿por qué siempre está roto?. Pues porque en el mundo hay muchos Agustines.


2) Es Navidad y los hermanos Aizurmendi (Gorka, Aitor y Joseba) han pedido solo un Tragabolas para los tres a Papa Noel (es una familia humilde la de los Aizurmendi).

Horas y horas se pasan los tres hermanos jugando al Tragabolas. No dan tregua, y como buenos machos ibéricos que son, ninguno se pide el rosa.

El hipopótamo rosa, deprimido porque nunca nadie le elige, empieza a fumar crak y a inyectarse heroína en cantidades industriales.

El hipopótamo rosa muere de sobredosis.

El hipopótamo rosa del tragabolas: ¿por qué siempre está roto?. Pues porque en el mundo hay muchos hipopótamos rosas.

Pepe, ve haciendo las maletas que nos vamos a Torrevieja.


Suena: Throwdown - Declare your War

lunes, diciembre 26, 2005

El que no arriesga no gana

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¿Quiere decir esto que el que arriesga gana?

Yo creo que sí
.

Quizás no en el sentido material del concepto, pero siempre que alguien actúa conforme a lo que siente sin tener en cuenta las consecuencias aún sabiendo que estas a veces no serán las que uno quiera, sacará algo de provecho ya sea disfrutando de lo que se ha obtenido o aprendiendo de que a pesar de que no se consiguió, se hizo todo lo que estaba en la mano para ello, de lo cual se debe estar orgulloso.

A veces es cuestión es simplemente de valorar el hecho de que tenemos la oportunidad de elegir arriesgarnos. Vendría a ser algo así como que para poder echar un órdago al mus, antes nos han tenido que dar la oportunidad de poder jugar la mano. O que para que poder decidir tirar ese penalti o no, el entrenador nos ha dado la oportunidad de jugar el partido. O que para pedirle ir al cine a esa chica antes has tenido que conocerla.

Por todas estas cosas creo que lo que encierra esta frase más que la importancia de ser atrevido es la importancia de no ser un cobarde. Y estas cosas ya se saben, siempre es más fácil decirlas que hacerlas, pero bueno no hay que contruir la casa por el tejado, asi que lo primero es pensarlo, luego decirlo y luego hacerlo.

Arriesgarnos.


Siempre que escribo un post dejo el título para lo último salvo en contadas excepciones, en las que el motivo suele ser que tengo algo claro sobre lo que hablar y ponerme un título orientativo hace que no me vaya por los cerros de Úbeda, cosa que no se me da nada mal. Hoy es otra de esas excepciones, pero esta vez no porque tuviera claro el tema sobre el que hablar sino por una especie de reto infundado por mí mismo (en que hora) a partir de comentarle a mi archienemiga Zoe algo como “dime un título sobre el que escribir el post de hoy” (¿hace falta que diga que respuesta me dió?) y escribir a partir de ese título. Quizá la inspiración sobre lo que hablar tiene que nacer de uno mismo ya que sobre esta frase no he podido sacar en claro más un par de párrafos.

O a lo mejor es que en realidad no hay nada más que sacar en claro.

O a lo mejor es que el título es muy jodido.

Sea como sea y con todo lo cutre que haya quedado esto (no se me da bien hablar como Emilio Aragón en Medico de Familia), os propongo a vosotros, mis queridos leyentes (prff) que propongais un título para el siguiente post. El que más me mole y vea que más partido puede dar, será el elegido para escribir sobre él. El autor del mejor título será compensado con un viaje a Torrevieja en RENFE con todos los gastos pagados (RENFE no incluido).


Suena: Old Man Gloom – Tis Better to Receive

viernes, diciembre 23, 2005

It's Over

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Me acuerdo que hace unos cuantos años nos juntamos un amigo y yo en su casa para ver un concurso de triples que tenía grabado. Era el concurso del 88 y en la final se enfrentaban Dale Ellis y (como no podía ser de otra forma) Larry Bird. Iban empatados a 15 , Ellis ya había acabado y a Larry Bird tan solo le faltaba el último balón. Cogió ese último balón, se posicionó, miró al aro y en cuanto tiró todo pareció ralentizarse, incluido el corazón de Bird, que nada más despegarse el balón de sus dedos y con este a mitad de camino hacia canasta, levanto el dedo índice hacia el cielo, en señal de “Este va dentro. He ganado”. Y algunos que estuvieran viéndole pensarían, “¡Pero que hace levantando el dedo!¡¡Como la falle y no entre se va a colmar de lo lindo!!”, pero , sin embargo, otros más sensatos pensamos algo así como: “Que grande eres, cabrón...”



El triple entró, claro.

Esos dos segundos en los que el balón daba vueltas por el aire hicieron que una tarde aparentemente normal, tuviera un detalle que se me quedaría grabada a fuego en mi cabeza hasta hoy. Yo miré la trayectoria del balón.

Y a veces estás en un grupo amplio de gente en el que rodeado de diferentes conversaciones y al no saber a cual atender, te quedas en tu propio mundo esperando a que alguien te baje de el o simplemente te quedas y te fijas en cosas ajenas a las conversaciones, como si tus pensamientos se transformaran de repente en la voz en off de una película y tus colegas fueran unos figurantes que solo gesticulan. Te fijas en la risa. Observas el movimiento brusco de una primera carcajada y atiendes especialmente al momento en el que esa sonrisa vuelve al estado de seriedad. Miras las manos que sujetan los cigarros y lentamente inclinas la cabeza hacia arriba porque sigues con la mirada la trayectoria del humo. Observas a esa tía y te fijas detenidamente en su vaso de Cointreau (Cuantró). En él hay dos cubos de hielo y una pajita con la que los marea los hielos de un lado para otro. Bebe despacio y no te fijas ni en el vaso ni en la cara de la chica, solo miras la pajita y el subir y bajar del cointreau que se transparenta a través del plástico.

Y entonces, alguien te despierta del letargo con un “Eeeeeh, tronggggo, quetehajjjjquedao en la parra…. Jajajajajaja”. Y trás cagarte en la puta madre de ese alguién te haces uno más en todo ese cúmulo de trayectorias que seguro pasarán inadvertidas a lo largo de toda esa noche y posiblemente también a lo largo de toda tu vida.

Cuando era pequeño, recuerdo que en clase de literatura había un ejercicio en el que te ponían pequeñas historias y había que subrayar en rojo cual era la introducción, en amarillo cual era el nudo y en azul cual era el desenlace.


Quizás hoy subrayaría de azul el nudo.



Suena: Hybrid – Sleep of the Defeated

domingo, diciembre 18, 2005

Un Domingo cualquiera

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Volvía esta mañana de un partido en el coche de mi entrenador, sentado en el asiento de atrás apoyando la cabeza en la ventanilla y mirando a través de ella. Veía un parque, un parque grande con muchos árboles y me preguntaba a mi mismo que si la sequía tenía algo que ver en que las hojas de esos árboles tuvieran ese color que era más cercano al marrón de los troncos que al verde del césped.

Estoy gilipollas, ¿qué va a tener que ver la sequía?, esto es por la época del año – pensé. Estaba un poco abatido por el partido y también algo dormido por la hora a la que se había dado el mismo, asi que me permití pensar este tipo de gilipolleces. Mal me iría si no fuera así. Durante todo el camino estuvimos callados mi entrenador y yo, si acaso de vez en cuando echaba un resoplido por la multa de aparcamiento que le acababan de poner.

Mientras yo seguía a lo mío, con la cabeza apoyada en el cristal viendo pasar árboles y fijando la mirada detenidamente en los conductores de al lado cuando nos parábamos en un semáforo esperando, con la seguridad de que algo va a pasar, a que estos se sacaran un moco.

Nunca pasó.

“Puta multa de los cojones. ¡90 euros! ¡¡90 euros de multa!! . Así se subvencionan todas las obras de los huevos con las que nos tienen puteaos”

La razón y la obviedad se juntaban en una misma frase y yo, mientras tanto, pensando en las hojas de los árboles medio sobado, con la postura encajada y esperando los semáforos. Creo que ahí radica la diferencia entre lo que se debe decir en alto y lo que se debe pensar y callarlo (si acaso como mucho escribirlo luego en un blog o algo de eso).

Llegamos al barrio. Me dejó en el castillo por lo que tuve que andar unos cuantos metros hasta llegar a casa. “Si hubiéramos perdido, me hubiera jodido la caminata” pensé. Pero habíamos ganado, habíamos ganado de tres en la prórroga. “Andaré y pensaré en ello”.

Agradecí profundamente ir solo y poder andar a mi ritmo. Si este viene a ser muy cansino estando en situaciones normales, en mi estado de sueño y cansancio el abatimiento se multiplicaba pareciendo que andaba con el slow motion a cuestas. Y es que la imagen era algo bochornosa, arrastraba los pies llevándome de esta forma todas las hojas de color marrón verdoso por delante y metía las manos en los bolsillos dando vueltas a una moneda de dos euros que iban destinadas a un perrito que la noche anterior finalmente no comí.

Entonces llegué al portal y la calma se enturbió cuando ví a unos vecinos llegar justo detrás mía, a pocos metros. ¿Qué hace falta poco para enturbiar mi calma? Pues si, eso no es nuevo desgraciadamente, pero joder, me resulta bastante incómodo tener que calcular la distancia en la que no sabes si hacerte el loco para no sujetarle la puerta porque están lejos o si debes sujetarle la puerta porque ya están lo suficientemente cerca y no puedes parecer un mal educado. Quizá estaban algo lejos pero que coño, habíamos ganado de tres en la prórroga y encima me había salido un buen partido, asi que hice como que buscaba las llaves entre todo el manojo para tardar más en abrir y asi darles tiempo a que se acercaran y les sujeté la puerta con fuerza haciendo gala de mi gran caballerosidad (¿?¿?). Llegaron los vecinos y antes de darme la gracias me saludaron y entonces apareció él. Ese puto gargajo que siempre sale cuando vas a saludar a un vecino e impide que tu voz salga más alla del cuello de tu camisa y tienes que carraspear a veces hasta dos veces para que tu voz sea nítida:

- Hola!
- Ho..la….. JUUUUUUJUUUUMMMMMMMM.
- Gracias!!
- De…nada JUJU JUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUMMMM EJEEEEEMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMM.

Y cuando tu voz ya es nítida no te sirve de nada porque tus vecinos ya están comiéndose el plato de macarrones en su casa. Al menos le sujeté la puerta y le mediosonreí para sustituir el gargajo, lo que me hizo sentir menos mal.

¿?¿?


Y a veces es otro Domingo más, pero también a veces te apetece que sea así.

Suena: Born From Pain – Rise or Die

jueves, diciembre 15, 2005

When you call my name

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Me sorprende que cada día que pasa no salte cinco centímetros más que el anterior después de todos los escalones que subo y bajo a lo largo del día.

Todos los días (he dicho tres veces día en tres lineas, que no está mal) las mismas escaleras fijas y mecánicas ahí están esperándome para que las pisotee y aunque yo no pase por allí, ahí seguirán ajenas a los resoplidos que en cada momento cientos de personas sueltan al ver desde abajo la pendiente que queda hasta llegar al final.

Subía una de esas tantas escaleras mirando al siguiente escalon que me tocaba subir, variando la teoría de mirar únicamente hacia el final, cuando me dí de bruces con una chica oriental. Llevaba gafas y tendría aproximadamente mi edad. Se dirigió hacia mí sin darse, o sin querer darse cuenta de que llevaba los cascos puestos y no podía oírla cuando me soltó una frase y una posterior sonrisa. Quitándome los cascos respondí: “¿qué?”:

- ¿Eres cristiano? (Sonrisa)
- Emmmm... Errrrrr... No. (Fruncida de ceño)
- ¿Te gustaría estudiar la Biblia? (Sonrisa aún más pronunciada)
- Esto... No, no... Gracias.


Creo que si esa oriental hubiera sido ‘El Vaquilla’ y esa Biblia hubiera sido una jeringuilla, habría pasado menos miedo.

¿Y qué habría pasado si hubiera respondido otra cosa?:

- ¿Eres cristiano? (Sonrisa)
- ¡¡Si!!. ¡¡Por supuesto que sí!!. ¡¡¡Alabado sea Dios!!!. Todos los días voy a la Iglesia con la cabeza repleta de oraciones y el corazón satisfecho porque los rayos del sol hayan iluminado mi primera sonrisa de la mañana. ¡Doy gracias al señor hija mia!
- Ahhhh... entonces no me sirves, lo siento.

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- ¿Eres cristiano? (Sonrisa)
- Y a ti que ostias te importa, china de mierda.
- ¿Te gustaría estudiar la Biblia? (Sonrisa aún más pronunciada)
- ¡¡Serás hija de puta!!, ¡¡¡Pues claro que sí. Maldita sea!!!


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- ¿Eres cristiano? (Sonrisa)
- Si, lo soy.
- ¿Te gustaría estudiar la Biblia? (Sonrisa aún más pronunciada)
- Emmm, sí. ¿Por qué no?
- ¿Te gustaría estudiar la Biblia? (misma sonrisa)
- Esto... Sí, sí… venga.
- ¿TE GUSTARÏA... PRRRRR... FFFFFFF... AAAAAAAAH!!!!



Y entonces a la chica oriental le empezaría a salir espuma por la boca manteniendo esa sonrisa y la cabeza le daría vueltas y más vueltas y le empezarían a salir mandarinas por el culo y sus gafas se empañarían y de la nada saldrían unos limpiaparabrisas que limpiarían esos cristales y de sus axilas sonaría el Like a Prayer de Madonna y...

Vale. Basta.

Asi nunca conseguiré que la gente me respete, aunque creo que es demasiado tarde para eso.

Y bueno ya está por hoy, Solo decir por último que echo mucho de menos comerme una buena bolsa de Doritos.


Suena: Pelican - Angel Tears

lunes, diciembre 12, 2005

Miedo y Asco en Comillas

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Siempre me ha gustado el cosquilleo que se siente en el estómago cuando vas a hacer algo por primera vez. Ser consciente del cúmulo de cosquilleos que he sentido durante estos últimos cuatro días en Comillas (Santander) ha sido lo que ha hecho de este viaje algo realmente especial.

Salimos el Jueves por la mañana temprano ocho personas y un perro en dos coches con buenas sensaciones en nuestra cabeza y muchos litros de whisky y rón en nuestro maletero. Las cinco horas de coche en las que se sucedieron temazos del calibre de “Viva nuestro conductor” o “Para ser conductor de primera” quedaron compensadas al asomarse tras un montón de árboles y unos cuantos edificios (y castillos) la inmensidad del azul del Cantábrico.

Aparcamos los coches a escasos metros del mar y entramos en el piso de Isa, compañera de aventuras que nos invitó a pasar el puente. Nada más entrar ví la chimenea y no pude evitar soltar una pequeña sonrisa y es que si hay dos cosas en este mundo que me podría pasar horas y horas mirando embobao, esas son el mar y el fuego. La cercanía que transmite el mar a pesar de que su final sea una línea recta a la que llaman horizonte y la profundidad que puede transmitir unas llamas saliendo de una hoguera, es algo que hay que observar y entender para que uno no parezca que esta bajo los efectos de alguna droga que nos haga creer sentirnos peces.

Habia que pensar que hacer en todo aquel tiempo libre que rellenabamos entre cubatas, cervezas y cachis (ya soy castizo, joder): Prealmuerzos con raciones exageradamente caras de ravas, partidas de Trivial y de cartas, paseos por la playa con Tango (el perro, el gran perro de María), juegos de cartas, nada de tele y mucho de música, observar lo bonito que puede llegar a ser un rompeolas, salidas a garito(s), muchas horas de charla al lado de la hoguera y algún condimento de más al bizcocho.

Lo preocupante no es el si o el no, lo preocupante es el “¿por qué no?”. Lo importante de tomar una decisión es no arrepentirse de haberla tomado, aún conociendo las posibles consecuencias ya que sabemos que a posteriori estas vendrán bien, sean cuales sean. ¿Qué se me ha ido la pinza y lo que acabo de decir no tiene nada que ver? Puede que sí, pero también puede que no.

Y como todo lo bueno se acaba, salimos de allí esta misma mañana. Tenía unas ganas tremendas de empezar a escribir sobre lo vivido allí por una mezcla entre cercanía temporal por aquello de poder recordar las cosas y también simplemente por las ganas de hacerlo . Y bueno si, faltan algunas... bueno en realidad faltan todas las anecdotas, pero una vez más prefiero expresar las sensaciones y los recuerdos guardarlos y recordarlos entre ese grupo de personas que durante unos días fuimos algo así como hermanos.

Dedicado a: Isa, Javi, Toño, Almu, Otones, Jesús, Laura, Jose, Miri, Maria y (por supuesto) Tango,


Suena: Tool - Lateralus

domingo, diciembre 04, 2005

Ya había estado nervioso antes

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“Necesito unas vacaciones”

Bien pudiera parecer esta una frase de serie española en el que el protagonista con el pelo enmarañado, iluminado solo por la luz de su flexo y envuelto en el humo de su quinto cigarro consecutivo, la suelta entre resoplidos a su compañera de trabajo mientras esta le tiende un brazo por encima del hombro.

A esta compañera al final se la tirará, por supuesto.

De momento puedo decir que no es que las necesite, al fin y al cabo solo llevo trabajando dos meses, lo que si podría decir es que entiendo profundamente a la gente que lo dice. Entiendo a ese protagonista de esa mala serie española. Y es que si ya de por sí la rutina es bastante jodida, cuando esta se convierte en un cúmulo de obligaciones, las gotas de sudor que caen por la frente se hacen continuos incluso en estos días de estalactitas y pingüinos.

Otro que necesita unas vacaciones es mi mp3, y es que desde que tengo esta vida de persona mayor no para en todo el día, muchas pilas en muy poco tiempo y continuas idas y venidas. Y uno ya se acostumbra a llevarlo tanto que hasta de vez en cuando canta lo que suena por los cascos, moviendo solo los labios sin soltar sonido.


Pero tío, lo mismo parece que estas como una puta cabra ¿no?


Hace unos días ví a una chica con los cascos puestos moviendo los labios por la música y me pareció tan normal como lógico (e incluso le vi hasta un cierto punto interesante). Entonces caí en que ya no me tendría que aguantar cuando me dieran estos venazos de cantautor. El caso es que tímido que es uno, se atreve a hacerlo pero con una salvedad. Hay que evitar las emes (m) y las pes (p). Esas son las letras jodidas porque aunque no salga ningún tipo de sonido cuando se digan, siempre se va a tener que juntar los labios y entonces uno puede quedar de esquizofrénico por la calle.

Algunos ejemplos de como llevar a cabo la operación cantautor:

- Some people = So iol
- Su amor propio = su aor oio
- Mi madre hace un gazpacho cojonudo = I Adre hace un gazacho cojonudo.



Si vale, lo esquizofrénico es prestar atención a esta clase de gilipolleces.

Aprovecho este post para presentar en sociedad a mi nuevo compañero de piso.




Tiene la habilidad de que cada vez que le vuelves a ver te sigue pareciendo tan entrañable como el primer dia. Y no es para menos.

Bienveniiiidooooo a casa, hijo.


Suena: Adrift - Troya