lunes, noviembre 17, 2008

Pechitos McTitties

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Me encuentro de pie justo en frente del mostrador del Burger King de Gran Vía. Siguiente - escucho. No tengo pensado el menú a elegir y, mientras balbuceo "emmmmmm" y "pffffff", el dependiente me mira como si estuviera pagando por cada segundo que paso en ese estado. Jamás pensé tan rápido.

- Me pones un menú Big King Gigante con Coca Cola
- ¿Qué refresco? - me dice en media décima de segundo
- Emmm, Coca Cola.
- ¿Menú Big King gigante con coca cola? - me dice en un cuarto de décima segundo
- Juraría haber oído eso antes en algun otro lugar - pienso. Eso es - digo

Soy consciente de que me voy a quedar con hambre, pero lo cierto es que los complementos del Burger King - veáse las alitas de pollo o los aros de cebolla - me seguirían dejando con hambre por lo absurdo de su tamaño y además habré gastado más dinero.

- Aquí tiene, ¿desea algo más?
- ¿Me puedes poner un par de bolsitas de ketchup?


Me mira como si me hubiera fornicado a su mujer y me da las bolsitas.

Cojo la bandeja mirando el menú y me doy cuenta que, la parte del menú de "Gigante" influye a las patatas y al refresco, pero la hamburguesa va más acorde a esas alitas de pollo que no pedí.

Subo las escaleras concentrado como si estuviera haciendo una prueba del Gran Prix del verano. Una vez más, estoy convencido de que absolutamente todo se me va a caer al suelo. Ando intentando parecer confiado para demostrar al personal que mi equilibrio es envidiable, pero dentro de mí me tambaleo y me concentro cada vez más por cada paso que doy. Llego al piso de arriba y consigo sentarme en una mesa que resulta estar al lado de la calefacción central del establecimiento. No me parece una mala idea ya que el zumbido del que ella sale consigue taparme el Angel de Amor de Maná que suena por los conductos de ventilación.

Dejo mi abrigo, me remango las mangas de la sudadera y me froto las manos con la certeza de que no hay un grado de felicidad más absoluto del que en ese momento tengo. Esparzo las patatas por la bandeja y vacío dos bolsitas de ketchup en el cartón vacio que ha quedado no sin antes dejarme los incisivos en el ketchup por los repetidos intentos de abrir la puta bolsita de los cojones. Desenvuelvo la hamburguesa de ese papel que ha quedado ya semitransperente por la grasa que de la hamburguesa sale y mojo una patata en el ketchup. Me pregunto hasta que punto será eso antihigiénico con el autoconsuelo y la autoconsciencia de que la "magia" de ir a comer a un sitio basura es hacer honores al que se inventó ese calificativo y preocuparte lo menos posible de si el papel de la bandeja de Rihanna ha sido ya usado o de si alguien habrá sustituido los pepinillos por una flamante flema verde.

Muerdo la hamburguesa y cierro los ojos en señal de que el placer más absoluto acaba de llamar a mi puerta. Me compadezco de los vegetarianos y los anticapitalistas y le doy otro trago a mi coca cola que hace ese ruido de estar acabada que hacen las coca colas en las pelis, a pesar de que este casi llena. Un trozo de mi hamburguesa cae en la cara de Rihanna y me quedo contemplándolo preguntándome si esa cosa amarilla que ahora mismo le hace de bigote, es queso fundido frío, o mayonesa en mal estado.

Quince minutos después me acabo el menú con ganas de comerme otro y me sorprendo frotándome la barriga por lo tópica que resulta la situación. Eructo sin tener a Quico o Litos delante para proyectarles lo que acaba de salir de mi estómago, me pongo mi abrigo y me voy bastante más contento de lo que había llegado.

Actualizo a horas infrahumanas porque mi cabeza empieza a no entender que coño significa tener un horario, y lo que a las once de la noche parecía ser un largo descansar hasta la mañana siguiente, se tornó en una siesta de tres horas. Sigo sin sueño.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo de la "flamante flema verde" ha sido asqueroso.
Pero me sigue encantando como escribes.

nus dijo...

Lo de la flema ha sido tan asqueroso como poético ¿Será por la aliteración? Flamante flema, flamante flema, flamante flema... ¡no se puede parar!

Anónimo dijo...

Qué suerte tengo de no oir lo que pasa por tu cabeza cuando como pollo al limon.
Cada día estoy mas convencida de que estamos en la peor época para echarse a dormir a horas que no son...
Tus/Los biorritmos te están "jugando una mala pasada"... veamos quien es mas fuerte.

Ana...

Quico dijo...

¿¿Proyectar una hamburguesa?? eres un mierdecilla...

haz como yo, y proyecta a tu hermana gazpacho AlValle caducado, verás como te respetará a partir de ahora...

Litos dijo...

...¿O sea que no soy el único al que le proyectas los eructos?

Ya no me haces el amor como antes Curro. Seguro que es porque Quico la tiene más gorda y porque tiene un blog mejor que el mío.

A la mierda todo

Ba dijo...

Para hamburguesas, el Don Oso (Moncloa + Argüelles). Y me imagino que quinientas mil más, no como salas de conciertos, en esta maldita ciudad. Pero vamos, que ahí sí que te corres, te recorres, y te de todo.

Pero sí, viva el guarreo. Es como hablar de escatologías varias, libera. O llena. ¿Qué era? Whatever