viernes, agosto 31, 2007

Meaningless

___________________________________________________________

En mi casa, para ir de mi habitación a la cocina, tengo que pasar por el salón. Pocas cosas pueden hacer interrumpir mi paso cuando voy a por un yogurt de fresa. Algo lo ha conseguido esta vez, extraño teniendo en cuenta que ese algo venía de la tele. Cuando me he querido dar cuenta estaba volviendo sobre mis pasos, del salón hacia la habitación, porque sentía que el viaje ya había merecido la pena sin necesidad de abrir la nevera. En la tele: LA ESCOBA RECOGELOTODO.

Si y SI, por fín un teletienda que me hace recuperar la fe de aquellos días en los que Ovideo, entre saltos, nos anunciaba las plantillas para los pies, o en el que Martín Godián, ilustre médico, nos recordaba como el Slenderton llegaba no a miles, sino a millones de terminaciones nerviosas en nuestro cuerpo.

Debido a que el formato de los teletiendas son todos muy parecidos entre sí, resulta muy fino el hilo que separa un buen teletienda, de un teletienda mediocre. Así pues el mix presentador-producto juega un papel fundamental en estos anuncios de la vida real.

Puesto este producto tan jodidamente atractivo sobre la mesa, faltaba el otro factor determinante, el presentador: gordo, con ojeras y aburrido de si mismo… ese hombre nos enseñaba como la escoba recogelotodo llegaba a los rincones más complicados del hogar pulsando tan solo un botón. Impagable el momento en el que tenía que elevar la voz hasta el punto de gritar cuando le daba al botón para que se le oyera o como cuando barría se daba golpes en el micrófono haciendo de esta forma inútiles sus gritos.

- Y da igual moqueta, alfombra, parqué… sobre todas las superficies es efectiva nuestra escoba!

Que grande. Y mientras aquí sigo yo, con aún la resaca de lo que acabo de ver y una maleta sin terminar de hacer en mi espalda. Y es que mañana me voy un fin de semana a Barcelona casi de rebote aprovechando un hueco vacío en el coche de unas amigas que han tenido la equivocada idea de ajuntarme. Todo sea para que la gasolina les salga más barata. Je!.

Rellenando mi tiempo como buenamente puedo hace unos días un amigo me facilitó esta tarea dándome la solución para que jugar al Guitar Hero no conlleve pegarme un viaje de más de media hora hasta casa de Manolo.



A falta de videoconsola, el Guitar Zero emula la version de este gran juego para ordenador. Pero que cutre jugar con el teclado, ¿no? – pensarás tú. Pues sí, así sería sino fuera porque el teclado emula la guitarra, y cuando juegas al Guitar Zero, más allá de colocarte como si fueras a charlar por el Messenger, tienes que coger el teclado como si de una guitarra se tratara, siendo las efes las teclas, y el enter la “cuerda”.

Y ya está. Horas de perdición delante del ordenador creando conflictivas caras de extrañeza cuando entra alguien a mi habitación y me ve con el teclado en la mano como si lo estuviera meciendo…

En fín, merece la pena parecer un loco.

Hasta la vuelta.

lunes, agosto 27, 2007

Decisiones al filo

___________________________________________________________

Yo tenía unos trece años, el año anterior había estado en un equipo de atletismo gratuito y ya por entonces me daba cuenta que correr y ya se me quedaba corto. Animado por unos amigos me apunté entonces a un equipo municipal de baloncesto. Tuvieron que pasar unos ocho años e irme un año a vivir al extranjero, para pasar un año de inactividad.

Durante el tiempo que he estado viviendo en Londres siempre me rondaba por la cabeza comprar un balón y salir a echar unos tiros cualquier momento en el que mi cabeza necesitara algún rato de desconexión. Muchos contras hacían que esto fuera posible: Mis inestables horarios de trabajo; que para llegar a las canchas más cercanas tuviera que coger un autobús; la lluvia que hacía que estas estuvieran casi siempre mojadas o lo desconocido del baloncesto en un país donde el segundo deporte nacional es el, joder es que me da hasta vergüenza decirlo… el cricket y el tercero es el, ufff, venga tu puedesel rugby…pues me lo ponía más que difícil.

Otra vez aquí me encuentro con dos posibilidades ante mí:

- Volver al equipo de siempre.

Pros:

- Entrenar cuatro días a la semana jugando el domingo conseguiría que mi cuerpo saliera de esta carretera hacia la flacidez que entró en el momento que llegué al mundo de las alitas de pollo y las patatas fritas por 3 libras.

- Jugar en la liga autonómica. Jugar contra equipos competitivos en canchas la mar de decentes y todo con cierto ambiente de seriedad.

- Cobrar un dinerillo al mes.

Contras:

- Compromiso. Y en esa palabra tan jodida se resumen todos los contras, y es que, que todo sea más serio, hace que a su vez haya que comprometerse llegando puntual a los entrenamientos y partidos, faltar a los entrenamientos solo por una razón justificada y bueno como que etcétera o algo.


- Entrar en un equipo municipal.

Pros:

- Libertad: Sentir que juego al baloncesto porque me apetece y cuando me apetece, no porque en mi agenda ponga que el martes a las 9 tenga que ir a entrenar.

- Ambiente: Al no haber tanto presión sobre qué hacer, como hacerlo y cuando hacerlo, el ambiente sería más distentido. El equipo estaría formado por gente de barrio que piensa a partes iguales en el partido y en la cerveza de después de este.

Contras:


- El nivel del equipo es como para estar luchando entre los tres últimos. No me importa especialmente, pero bueno, el dato ahí esta.

- El nivel de la liga también sería bastante más bajo, las canchas, los arbitros, en fin, pijerio puro y duro señora, pero siempre esta ahí.

- Tendría que pagar.


Puestas las cartas sobre la mesa ahora es momento de elegir. Lo cierto es que mañana empieza la pretemporada con el equipo de autonómica y aún no tengo muy claro que cojones hacer.

¿A que todo esto os importa una mierda?

jueves, agosto 23, 2007

Élfico

___________________________________________________________

Y pasamos por Bilbao el fin de semana, ¿qué decir al respecto? Muy malamente se lo tiene que montar uno para que, juntándose con catorce individuos como con los que me junté, compartiendo hostal, risas y borracheras a partes iguales, se lo pase mal.

Siempre me ha dado algo de mala espina ese tipo de eventos en los que miles de personas tienden a juntarse con el fin de pasarlo bien, desfasar, emborracharse y todas esas palabras que usamos los jóvenes hoy por hoy. San Fermines, Festival de Ortigueira… Ibiza, me llaman tanto la atención como el último single de Avenged Sevenfold. ¿Por qué la semana grande de Bilbao iba a ser una excepción? Como ya dije en el anterior post, Bilbao siempre ha sido una ciudad que me ha llamado mucha la atención y que tenía muchas ganas de conocer independientemente de sus fiestas, si añadimos a esto la cuadrilla que nos juntábamos allí, todo principio que pudiera tener en mi cabeza se derrumbaba como un castillo de naipes, porque lo cierto es que con estos personajillos ya me podría haber ido a una maratón de cine polaco de autor, que seguro que lo hubiéramos pasado pirata de todas formas.

Dicho esto comentar que a Bilbao me he quedado con las ganas de volver porque solo he podido verla de noche, con mucha gente, y cuando digo mucha gente quiero decir mucha gente con rastas (olvidaos de aquella imagen de euskaldun con pendiente de plata colgandero, lo que allí se lleva son las rastas, cuatro en el cogote, por toda la cabeza, en el sobaco, donde sea) y también sin que dos de cada tres calles sean una riada de orín (quien no se ha acordado de Txumari Alfaro al leer la palabra “orín”?).

Aparte de Bilbao también estuvimos en Portugalete, pueblo con cuestas, cuestas y alguna que otra cuesta también. Resulto entrañable conocer el pueblo del que tanto hemos oído hablar a Javi y al día siguiente Bermeo, ¿qué decir? a veces darse una vuelta por un puerto pegado al mar es suficiente para quedarse con una muy buena impresión de un sitio, me paso con Bermeo.

Enésimo síndrome chungopostvuelta al que a base de repetirlo poco a poco me voy acostumbrando. Ahora Madrid hasta el final de las vacaciones, vuelta a la universidad en octubre y a buscar algo de trabajo para septiembre con la que poder ir saldando deudas.

Lo que me cuesta actualizar estos días oiga.

viernes, agosto 17, 2007

Makahierros

___________________________________________________________

Un tío anda sobre la linea amarilla del andén del metro, sin cascos puestos va silbando algo que creo reconocer. Me extraña hacerlo y es que yo creía que la gente que silbaba cosas lo hacían siempre eligiendo soplidos al azar, sin embargo ahí estaba él silbando la canción de Aladdín. Recuerdo algo y trago saliba. Acto seguido me cago en la puta.

Ya dentro del metro una chica se sienta delante de mí y empieza a hablar con sus amigos sobre un programa de modelos. Nada por lo preocuparse si no fuera que la chica estaba hablando en serio. Como sintiéndolo:

“¡Y bueno! Increíble cuando le pusieron un huevo a la modelo en un zapato sin tacón… tenía que andar sobre la pasarela sin romperlo!”


Que guay, tía.

Empiezo a pensar en toda esa gente con la que no acabo de conectar. Esa gente que a pesar de que me la han presentado ochocientas veces soy incapaz de mantener más de tres frases absurdas de conversación. Pienso en los amigos que ahora tengo y sonrío al darme cuenta en que no ando lejos de alcanzar una de las mayores virtudes que al ser humano se le puede conceder: el ser selectivo.

Ayer y antes de ayer han tenido a bien pasarse por mi casa Nerea, Tania y Nash. Compañera de piso, hermana de ella y amigo de Londres respectivamente. Dos jovenas de Barcelona y un joveno de Londres, me incitaban a hacer de guía de turístico de esta mi ciudad: Madrid.

Desde siempre he visto Madrid como una ciudad la cual visitar no era cuestión de, vente aquí, después aquí y luego allá. Siempre he considerado Madrid como una ciudad de ir descubriendo poco a poco, una de esas ciudades de las que aprendes más de las personas, tiendas o bares que de los edificios, de ahí que estuviera un tanto esceptico ante la idea de ser “guía” de alguién en esta mi ciudad y más habiéndola abandonado hasta hace poco durante un buen periodo de tiempo.

Puesto el reto sobre la mesa me llevé a Nerea, Tania y Nash por el centro: Parque del Retiro, Sol, Plaza Mayor, Palacio Real ,Jardines de Sabatini, Puente de Segovia, Puerta de Toledo... haciendo de guía durante tan solo dos tardes y con nuestra cabeza más puesta en el reencuentro con Ana, lo de hacer de guía alcanzaba un next level. Fuera como fuese me alegré de reconsiderar mi teoría sobre Madrid y es que las calles limpias y semivacías por la marcha de nuestros conciudadanos a las costas españolas hacían de Madrid un sitio más agradable y tranquilo por el que andar por sus calles me resultó verdaderamente agradable. La compañía siempre ayuda, pues claro.

Ahora toca decir adiós, cagarme otra vez en la puta y pensar que al menos un buen fin de semana se avecina y es que mañana sobre las cuatro de la tarde iré rumbo a Bilbao con un buen puñado de amigos a conocer esa ciudad que ya desde hace tiempo tanto me llama la atención.

Veremos que tal.

martes, agosto 07, 2007

How much is too much?

___________________________________________________________

En esta habitación, la mía, hace un calor que roza lo absurdo.

Un mes hace que volví de Londres. Cuatro semanas. Según va pasando el tiempo puedo ver las cosas desde un punto de vista más frío, menos sentimental.

La primera semana, me reencontraba con gente, con lugares... mientras mi cabeza solo podía pensar en lo que había dejado. Sentimientos contradictorios que en la mayoría de los casos siempre iban a parar a algun flashback, algun momento vivido en Londres. Se que no daba igual lo que pasara, pero si que daba igual lo que yo hiciera, mi cabeza seguía estando ahí. Una puerta abierta al final de semana me decía algo así como “aquí tienes la excusa perfecta para que todo esto que estas pasando ahora sea más llevadero”. Un campamento en La Rioja. Quince días conviviendo con mis amigos. La idea me hacía sonreir.

Segunda y tercera semana en La Rioja. Recuerdo un día en el que no paré de cagarme la puta. Uno. De no ser por ese montón de niños que me preguntaban cada diez segundos que había de comer, por esa vida semiprimitiva en mitad del campo o por los ya mencionados amigos, no quiero ni imaginarme por cuanto se habría multiplicado la cifra.

Vuelta de La Rioja con expectativa de no saber muy bien que iba a pasar. Mis salidas a Madrid ya no formaban parte de una toma de contacto sino más de una verdadera readaptación necesaria para por una parte ubicar mi cabeza de una vez por todas y por otra evitar quedarme en casa. Y vaya si lo hice. Tres años hacía que no me bañaba en una piscina y en una semana me baño en tres distintas, repito noches de dormir poco y hacerlo borracho, van saliendo planes que casi sin quererlo se van superando a los anteriores...

Hoy lunes me he pasado el día entero en casa y lo mejor de esta noticía es que de verdad me apetecía hacerlo. Releo lo escrito y creo que el proceso “vuelve a la realidad si tienes cojones” ha sido bastante positivo. Miro hacia delante con optimismo.


T - Deberías apuntarte en un cuaderno todas las cosas que quieras hacer

P - Para luego torturarte por ver que la mayoria no las has hecho