martes, febrero 15, 2011

Peor

___________________________________________________________

Existe en la página web de la EMT, una función que te permite saber el tiempo estimado que le falta a tú autobús para alcanzar tu parada. Yendo a casa de Ana el viernes pasado, tuve a bien usar esta función que si bien no es exacta, siempre uno cuenta con un márgen de error cuando te dice el tiempo. El mío pasaba en cuatro minutos.

Corriendo fui a mi parada para alcanzar ese autobús. Llego y me encuentro con decenas de adolescentes chillones que tienen la curiosa habilidad de ser capaces de decir "tronco" y "mazo" cuatro veces en una misma frase. Un par de minutos después viene el autobús al que subo dejándome arrastrar por una masa de hormonas y granos pajeros. Me siento y miro la ventana, a pesar de no tener mp3 por salir con prisas, consigo evadirme hasta que el conductor del autobús tuerce a la izquierda en lugar de a la derecha. "Eh eh! se ha confundido... que gilip... se ha confund..." voy pensando mientras espero a que la muchedumbre enrabietada se mire confundida entre ella y empieza a insultar al conductor. Nunca ocurre. En lugar de eso la normalidad de los "mazos" y los "troncos". Mierda Curro, te has equivocado de autobús.

Doy al botón de siguiente parada y me pongo de pie en frente de la puerta calculando cuanto puedo tardar andando hasta la parada anterior. El autobús sale del barrio. El autobús entra en la autopista. Finalmente, el autobús entra en otro barrio: El barrio del aeropuerto.

Bajo del autobús en una parada que me deja en la nada y empiezo a sentirme me en un capítulo de The Walking Dead. La opción de ir a la parada anterior queda desterrada, asi que la alternativa es buscar otro autobús en ese barrio que me lleve a casa de Ana. Tras diez minutos de busqueda encuentro la parada y diez minutos después subo al autobús. Miro el reloj, si hubiese cogido el autobús correcto estaría a cinco minutos de llegar, pero me siento optimista y pienso que aunque tarde mucho más, solo es cuestión de esperar sentado. Sin música. Sin libro. Con atasco y un deslumbrante sol que pronto me da dolor de cabeza.

Tranquilo Curro, Tranquil... "CHUPA LA GAMBA!" "CHUUUUPA LA GAMBA".... "Maripuri CHUPA LA GAMBA!!!"

A pocos asientos de mi un chaval con retraso canturrea, a toda ostia, esa "canción" una y otra, y otra vez con ligeros cambios como "Chupa la Rana" o "Chupa la gamba frrrrrrrrrrrr".

Unos 40 minutos después, y tras hacer lo que era un viaje de 25 minutos, en más de una hora, llego a casa de Ana y tras contarle la historia, decidimos hacer una profunda labor de investigación:



El chico canturreaba una conversación telefónica de una señora que asegura que su vagina tiene un interesante regusto a crustáceo.

Aun no consigo sacarme la canción de la cabeza y encima han perdido los Lakers otra vez.