lunes, agosto 28, 2006

Dime lo que escuchas y te diré quien eres

___________________________________________________________

Estás pensando. Te encuentras tan metido en tus pensamientos que por un momento te parece que no existe un contexto físico que les rodee, solo están ellos, como cuando estás soñando. Una voz en alemán te hace volver a la realidad. Te encuentras tumbado en el sofá de tu casa y llevabas como unos treinta segundos haciendo zapping en la tele sin tener ni idea que estaban echando en alguna de las cadenas que se han pasado por delante de tus ojos, solo ese tío del teletienda alemán con un pelapatatas en sus manos te ha conseguido despertar.

Sobresaltado como si te acabaras de despertar de una siesta, te preguntas a ti mismo: ¿yo no tenía que hacer algo?

Tras maldecir en voz alta, te levantas de un salto del sofá y te diriges a tu habitación a vestirte y es que salir de tu casa tan solo con esos gallumbos de cuadros no estaría muy bien visto. Llegas tarde. Con una mano te lavas los dientes, con la otra te peinas y mientras te intentas poner las zapatillas a pesar de que lo único que estés consiguiendo sea dejarla como una alpargata porque la parte de atrás de la suela no entra si no es con alguna ayuda. Lo intentas empujando con el otro pie. Nada, tienes que agacharte a colocarlas con las manos. La realidad es que has perdido cinco segundos, tu realidad es que por esa mierda de detalle vas a llegar tarde.

Por fin sales de casa poniéndote la chaqueta mientras andas hacia la parada del autobús. El camino se te hace especialmente largo y vayas para la dirección que vayas, el viento siempre te da en la cara. Has quedado dentro de cinco minutos y tardas cuarenta minutos en llegar a tu destino, eso si tienes suerte. ¿Suerte? Esa palabra se ha ido a tomar un descanso en ese autobús que ves marcharse a lo lejos y en el que tú debías ir.

Te tocas los bolsillos y compruebas que no tienes el móvil por lo que tu intención de avisar para decir que llegas tarde se desmonta. Ves que llega otro autobús a tu parada y confías en que tu suerte cambie esperando que sea el tuyo. Nada, te toca seguir esperando.

Te tocaría seguir esperando, pero decides subir a ese autobús el cual ni siquiera sabes muy bien a donde va. No te preocupa no saber en que autobús estás, ni a donde se dirige, lo único que te importa es que por fin estás sentado en ese asiento esperando llegar a un sitio.

Tras un buen rato relajado en tu asiento te levantas y te diriges al conductor para preguntarle que a donde te lleva. Justo en ese momento ves subir a tu amigo Santi:

- Coño Santi, ¿como tú por aquí?

- Pues nada, que había quedado con estos cabrones, pero me acaban de llamar al movil para decirme que al final lo de esta noche nada, ¿no te han avisado a ti?.

- Pues puede que si, lo que pasa es que me he dejado el móvil en casa, asi que como para enterarme.

- Y si no sabias que se habia cancelado el plan, ¿que coño haces en este autobús?

- Pues esperarte, hombretón

- Jaja, deja de hacer el maricón, que sabes que me pone nervioso.

- Bueno y tu ahora que vas a hacer

- Pues voy con los amigos de la facultad, ¿te vienes?

- Ufff, no sé.

- Venga hombre, no te hagas de rogar…

- Venga, vale, me apunto.



Tu timidez siempre te ha hecho desconfiar de este tipo de planes, pero esta vez es diferente.


---------------------------------------------------------

Dialogo extraido de la película "En Tierra de Nadie":

- Joder, vaya profesión

- Si...

- Un experto en minas solo comete un error en su vida

- Dos errores

- ¿Y eso?

- El primero, escoger esa profesión.

martes, agosto 22, 2006

Desempolvando

___________________________________________________________

Me acuerdo que una vez, cuando era pequeño, en vísperas a un duro día de clase de invierno en el que ni siquiera había clase de gimnasia para hacerlo más llevadero, me encontraba yo tumbado en la cama de mi habitación pensando una buena excusa para no ir a clase al día siguiente.

En ese momento mi inspiración se encontraba bajo cero y la única excusa que se me ocurría era la de decir que estaba malo. Tirando de clásicos. Como lo de mentir no se me da demasiado bien y la excusa era esa mierda, decidí descartar la idea de la excusa en sí y quedarme con la esencia del “estaba malo”, así que, pensando en lo eterna que se me hacía siempre la clase de Matemáticas para hacerme más fuerte, me destapé (sabana y edredón included), me quité los calcetines y me remangué los pantalones del pijama hasta las rodillas. Ahora solo tenía que esperar a que la calefacción no fuera demasiado generosa y que el frío de la calle se colara entre las rendijas de mi ventana y los poros de mi cuerpo.

Mi plan no podía fallar, al día siguiente estaría con la fiebre en el punto justo para no poder ir a clase pero si para poder jugar al Street Fighter 2 en la Super Nintendo que le habían dejado a mi hermano esa misma semana.

Me desperté al día siguiente, y entre legañas pude comprobar que estaba tapado hasta el cuello (sabana y edredón included) acurrucado como si se acabara el mundo, y con los pantalones del pijama sin remangar (desarremangado suena bastante mal). Mi plan había fracasado dándome cuenta (y lamentando) que el sentido común no desaparece ni siquiera cuando estamos dormidos.

Últimamente agradezco mucho los momentos previos a dormirme, siempre en estos momentos maquino muchas historias, quizá demasiadas. El modelo de este tipo de historias que se pasan por mi cabeza suele ser el que empezaría por las palabras “Y si”. Digamos que serían el encabezamiento de los sueños ya que todos esos pensamientos giran en torno a situaciones supuestas. Unas veces parto de historias inventadas a las que dejo que la imaginación haga su trabajo, otras veces cojo historias ya creadas pero les cambio el desenlace o meto factores nuevos que hagan que la historia de un giro inesperado y otras veces, las que menos, me limito simplemente a recordar.

Creo que el hecho de que me encanten estos momentos, se debe también a la situación que viene después, que no viene siendo otra cosa que dormir y lo que ello implica. No sé, no sería lo mismo beberse un vaso de horchata y que luego te dieran una ostia, que beberse un vaso de horchata y después tumbarse en el sofá y escuchar tu canción favorita.

A lo mejor no es positivo que una de las mejores partes del día (si no la mejor) venga siendo esa en la que estoy durmiendo, pero esa sensación de despreocupación que se tiene por todo y no ser consciente de nada, me hacen tener la sensación de que si yo mismo fuera un mando a distancia, le acabaría de haber dado al botón de apagado, porque todo lo que hay en ese momento en la tele es una mierda.

martes, agosto 15, 2006

Veremos mañana...

___________________________________________________________

Hay una canción de Poison the Well que se llama “Apathy is a Cold Body”. La canción me gusta, y mucho, pero creo que lo mucho que me gusta es directamente proporcional a lo tremendamente en desacuerdo que estoy con el título.

¿La apatía es un cuerpo frío?.

La apatía es un círculo vicioso del que resulta enormemente salir y del que uno se empieza a sumergir cuando tiene delante de sí mismo mucho tiempo libre y pocas cosas que hacer a corto plazo. Teniendo esto en cuenta, creo que queda evidente que estos momentos se dan lugar en verano, con mucho tiempo de vacaciones por delante, por lo que aquello de que la apatía es un cuerpo frío me queda bastante lejos. Quizá Poison the Well pillan vacaciones en invierno.

Tiempos de apatía los que corren pues. Los días se suceden sin ningún tipo de plan a la vista, lo que me hace plantearme cambiar de camino, coger uno algo más empedrado, pero la apatía me encierra en esta habitación y solo me deja hacer cosas que sean necesarias y en las que el desgaste de esfuerzo sea mínimo. Si tengo que ir a la cocina, comeré algo que no haya que cocinar. Si tengo que sacar al perro, lo sacaré el tiempo justo en el lugar más cercano. ¿Estudiar? Mañana. ¿Ordenar el desastre que tengo por cajón? Mañana. ¿Hacer limpieza de disco duro en el ordenador? Pufff… Mañana.

Lo complicado de la apatía creo que es la estrecha relación que mantiene con el estado de ánimo. Y es que cuanto más triste o abatido estás, más apático te sientes y esa apatía a su vez provoca tristeza y abatimiento, por lo que salir de ese círculo vicioso resulta complicado a veces.

Personalmente, en los días de apatía me veo más feo en el espejo.

Pero entonces que pasa ¿qué cuando estas hasta arriba de cosas que hacer, te quejas y cuando no tienes nada que hacer también?

Esa es la cuestión, en que ambas cosas tienen su lado negativo sobre las que sacar una crítica constructiva. Y creo que ahí es donde estoy intentando llegar, en ponerme a parir e intentar esclarecer que es lo que tengo por delante, para conocer el problema y así salir de él.

En baloncesto hay un término conocido como “scouting”, y viene a ser el seguimiento que hace un equipo sobre el equipo contra el que va a jugar para conocer así sus puntos débiles para atacarlos mejor, y conocer también sus virtudes para estar más preparados ante estas.

Digamos que este texto ha empezado a ser un “scouting” sobre mí mismo en el momento en el que he empezado a escribir, y es que la apatía, entre otras cosas, también me quita las ganas de poner un dedo encima del teclado.

lunes, agosto 14, 2006

Gracias por su visita Sr. Gil

___________________________________________________________

Hasta hace cosa de un año conceptos como: Visa Electrón, Cajero o “esperad un momento que tengo que sacar pasta”, estaban tan alejados a mí como lo pudiera estar la vida sentimental de Inmaculada Galván o los controles antidoping de la clásica de Alcobendas.

A causa del comienzo de mi actividad en el mundo laboral a principios de Octubre del año pasado, me saqué una de esas tarjetas de crédito. Y si me dicen que es de débito me lo creo, porque a pesar de que me han explicado mil veces la diferencia entre una y otra, es una de esas tantas cosas que se cuelan en un importante vacío en mi memoria y consigo retenerlo por un margen de tiempo que tampoco consigo recordar, pero el cual sé que es muy corto.

Hoy por hoy, en cambio, tengo esos tontos debates conmigo mismo y por lo que he podido hablar con otros usuarios de este trozo de papel charol, ocurre con bastante frecuencia. Hablo de las dos posibilidades que se presentan cuando toca sacar dinero que vienen a ser:

1) Sacas lo justo para gastarlo y no desparramar en exceso ¿Qué pasará? Que acabando la noche te entrará un hambre horrible y no te llegará el dinero que tenías en la cartera por lo que te cagarás en la puta por no haber sacado más en su momento.

2) Sacas dinero de más acudiendo al siempre recurrente “por si acaso”. ¿Qué pasa entonces? Pues que “por si acaso” unos cojones. Crecido por lo bien que te lo estas pasando, abres la cartera y sin pensar en las consecuencias sueltas pasta a diestro y siniestro. Con la boca seca, resacoso, y tirado en la cama recuerdas el dinero que has gastado y maldices a Inmaculada Galván y a toda su familia.

Este jueves pasado opté por la segunda opción pero con lo agradable excepción de que no gasté casi nada por lo que mi cartera llegó a casa bien surtida de dinero.

Un momento, ¿he dicho “llego a casa”? Error.

Si con el abono transporte ocurre que se pierde cuando es principio de mes, la cartera la perderás cuando la tengas de pasta hasta las trancas.

Tras haber estado un par de días con el puteo en lo alto del cuerpo una llamada inesperada de Nieves me decía que la cartera estaba en su casa, que me pasara a recogerla.

Puf.


Aprovechando la aparición de Nieves en el blog comento que mañana se va durante un año a Mississippi (que no se si escribe así) a estudiar, disfrutar y en definitiva, a vivir.

A modo del impertinente “puedo saludaaaaaar” que se oye en algunos programas de televisión, saludo desde aquí a Nieves deseándola mucha suerte en esta aventura.




Take care my friend.

lunes, agosto 07, 2006

¿Quién observa al observador?

___________________________________________________________

J: - Mira tío, se ha subido la hermana del Carlos

S: - ¿La hermana de quién?

J: - ¡Del Carlos!, el que vive al lado del quiosco y tiene unas ojeras que flipas y una camiseta de Blind Guardian.

S: - ¡Ah coño! Ya se quien es… ¿y esa es su hermana?

J: - Si, y no puede darme más asco.

S: - ¿Y eso?

J: - Pues por nada en especial. Por existir supongo. ¿No hay veces que alguien te cae mal por que sí?

S: - No. Si acaso me cae mal alguien por algún estúpido motivo que es ajeno a él y me hace crear contra el cientos de prejuicios.

J: - Si bueno, creo que en realidad a eso me refería

S: - ¿Si? Y cuales son esos estúpidos motivos.

J:
- Mmmmm, no sé espérate que piense… Vale, ¡lo tengo! Creo que es su escote.

S: - ¡Ostias!, ¿su escote?

J: - Si, su escote. Y en realidad nunca me lo había planteado hasta que me has hecho pensar en ello…

S:
- ¿Y qué coño le pasa a su escote?

J: - Me traumatiza. Esa línea que va desde su cuello hasta su ombligo sin hacer ningún alto en el camino y del que parece sentirse tan orgullosa... Dios, lo siento, pero no lo puedo aguantar ¿y sabes lo peor de todo?

S: - ¿Qué?

J: - ¡Que no puedo dejar de mirarlo! Tiene una especie de extraño imán que a pesar de que la primera vez que lo he visto me ha dado muchísimo asco, no puedo evitar mirarlo tres o cuatro veces más.

S:
- Joder… ¿no será que te gusta?

J: - ¿Te refieres al escote o ella?

S: - Yo que sé, dímelo tú.

J: - Quita quita, que me está viniendo un sudor frío hiperchungo.

S: - ¡Coño mira!

J: - ¿Qué pasa?

S: - Se ha subido Emilio… ¡y está saludando a la hermana de Carlos!

J: - ¡Coño! Cuidao no mires, que vienen para acá…



E: - ¡Hey! ¿Que pasa tíos?

J: - Pues ná, aquí…

E: - Mirad, esta es Nati, la hermana de Carlos…

J y S: - Hola

N: - Hola... Yo a ti te conozco.

J: - ¿A mi?

N: - Si, eres el hermano de Nacho, ¿no?

jueves, agosto 03, 2006

Si yo fuera rico

___________________________________________________________

Si algo tiene el ser humano es capacidad de adaptación.

Notas que tu estómago parece removerse. No te preocupas hasta que prestas atención al sonido que de él sale.

Blrrrrrrrruuuuuuuarrrrrrrr.


Con tu culo ya en la taza del váter estiras el brazo para alcanzar el revistero y hacer más ameno el viaje. Doblas tu espalda hasta que alcanza el tope y sorprendido por lo que ha dado de si, sigues sin llegar al revistero. Optas por el plan b, y echando la espalda hacia atrás y sin mover un solo centímetro tu culo de la taza, estiras la pierna, el pie… EL DEDO GORDO DEL PIE, llegas al revistero lo suficiente como para darle un leve empujón hacia donde te encuentras. Con el objetivo ahora más asequible, vuelves al plan a y con la punta de los dedos consigues hacerte con una revista. En ese par de segundos en el que por fin te has hecho con ella no importa la revista que sea, ni el día en el que fue publicada, lo que importa es que está entre tus manos.

La revista digo.

Suspiras por el éxito de tu hazaña y miras entonces cual ha sido la recompensa: Saber Vivir, con Eugenia Martinez de Irujo en portada y un titular que cita algo así como:ADELGAZA SIN PASAR HAMBRE; con la dieta de refuerzo de Saber Vivir.

Una vez te has cagado en la puta, abres la revista y la hojeas (que no ojeas) intentando encontrar algo de provecho. Llegas a la página 57, pasando las páginas de tres en tres, acabas la faena y sudoroso, más por la revista que por otra cosa, sales un tanto cabreado de ahí y piensas: Algún día pondré alguna revista nueva. Y lo piensas a pesar de que sea una trola tan grande como la de la propia portada del Saber Vivir.

Sofocado llegas al sofá del salón y te sientas estirando las piernas en esa mesa, la cual agradeces que sea de mármol por el frescor que desprende. Enciendes la tele y una sensación de deja vú (de ese) te invade cuando en las noticias de Antena 3 te encuentras con una de esas imágenes partidas. A la izquierda Susana Grisso y a la derecha el típico reportero con camisa azul que empieza a hablar algo perdido, y en cuya espalda se encuentra una playa plagada de sombrillas y quizá algún chiringuito al fondo.

- Temperaturas altas en toda la costa ¿no es así, Paco Roselló?
- Emmm.... Asi es Susana, el calor es asfixiante aquí en la playa de bla bla bla bla bla bla bla…


Da paso entonces al mismo video de mierda que a ti te ha parecido ver quinientas mil veces en el que el periodista pregunta a dos veraneantes por el calor. Después lo de siempre, imágenes de la gente en la playa con abanicos y la siempre recurrente tía haciendo topless para que no decaiga el reportaje. El reportaje.

¿Y cual es el fin de este tipo de reportajes?, ¿Informar de que hace un calor de tres pares de cojones? La idea me parece tan absurda que me apoyo en la teoría de que esos reportajes existen para hacer ver que no somos los únicos a los que nos está puteando el calor.

Y es que ya se sabe: Mal de muchos, tia haciendo topless en una hamaca.

Vas a la nevera, bebes agua, maldices que de tres botellas no haya ninguna que lleve más de dos minutos metida en la nevera.

Hace cuatro días estaba en el campo agradeciendo cualquier mínimo detalle y hoy me putea las mismas cosas que me han puteado siempre, y me doy cuenta que la capacidad de adaptación es innata al ser humano, y más cuando esta capacidad de adaptación va unida al concepto de comodidad.

Si yo fuera rico…


No quisiera cerrar el post de hoy sin recomendar el blog de mi amigo Litos, que ha nacido hace nada (el blog, no mi amigo) y que promete estar en la órbita de la bloggosfera:

www.kanalua.blogspot.com


Suerte Sr. Márquez.