domingo, agosto 31, 2008

escribeescribeescribeescribe

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A veces me pongo a imaginar en las reacciones de las personas cuando estas ven a otras en situaciones, no sé, llamémoslo raras.

Hace cinco minutos estaba en la cocina con la nevera abierta intentando elegir el sabor del yogur que me apetecía en ese momento. Alargué la mano y cogí el primero que a tientas salió de ahí sin la necesidad de disclocarme el brazo para romper el pack de cuatro. ¿Frutas del bosque? De puta madre.

Dejando la nevera abierta para que la única la luz de la cocina en ese momento me siguiera alumbrando, fui a por una cucharilla e inmediatamente después abrí el yogur de frutas del bosque pensando que el sonido que hacía la tapa del yogur al abrirse era bastante guay. Fffflip. Un sonido limpio y la tapa sin un solo churrete que tener que relamer con la lengua y asi no correr el riesgo de pillar Lupus (porque sí... es así como se pilla Lupus). La aparición de un nuevo pensamiento absurdo surgía en mi cabeza al mismo tiempo que metía la cuchara en el yogur y, recordemos, aún con la puerta de la nevera abierta.

¿Cómo es posible que un yogur de frutas del bosque sea de color blanco?


Supongo que esa es una de las causas por las que ese yogur cuesta la mitad que un danone, pero Eh! Ese pensamiento no había aparecido aún en mi cabeza. Se entrecortó a mitad de frase para dar pie a otra que enlaza con la primera frase del post.

La situación: Un tío a oscuras en la cocina de su casa, con la camiseta de los Miami Heat de Dwayne Wade hiperancha por el relleno de vacío que este ocupa y con los pelos del pecho asomando por el pico del cuello, metida por dentro de unos pantalones cortos del Gestisa Alameda de Osuna con un numero 12 semigastado, descalzo, con gafas y cara de sueño, mirando fijamente a un yogur blanco sabor frutas del bosque e iluminado únicamente por la luz de su nevera mientras se pregunta: ¿Por qué un yogur blanco de frutas del bosque?

Entonces, en mi cabeza, antes de dar respuesta a esta pregunta y mirando a mi camiseta ha aparecido una idea que vendría a ser:

¿Que cojones pensaría Dwayne Wade si viera esa situación en ese momento?

Y según acabo de escribir la pregunta me pregunto si realmente esta era digna de un post, pero bueno, qué cojones... YO CREO QUE SÍ.

Quiero decir, si yo fuera Dwayne Wade y...

Creo que lo voy a dejar aquí.

jueves, agosto 28, 2008

Staple Center de Farmington

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A veces ocurren historias en el día a día de las que se pueden sacar titulares impactantes. De esos que cuando los oyes ya necesitas saber de que va esa historia aunque te imagines el transcurso de esta sin saber más que su titular. A veces, para los que tenemos un blog, se nos presentan este tipo de historias y nos vemos con una especie de come come por dentro ( lo que me gusta esta expresión y las pocas oportunidades que tengo de utilizarla) que nos dice que debemos dejar constancia de esas historias por aquí aunque sea testimonialmente. Como una obligación implícita. Algo así como que si de una historia pudiera sacar el titular: "Ayer me encontré a Angelina Jolie comiéndose un bocata de Morcilla en las fiestas de Parla" pues, aunque lo único que haya ocurrido en toda la historia sea precisamente eso, el deber del bloggero es dejar constancia para su bienestar interior.

Todo esto es para comentar un titular que tengo estos días en mente y que mi responsabilidad como bloggero (cada vez más en declive por la pasividad y la pereza) me lleva a relatar y que dicho me parece bastante molón (quizá no tanto como el de Angelina Jolie). Y dice así:


Tengo cuatro grapas clavadas en mi cabeza.

Sabeis lo típico de cuando estas sentado en una silla de coca cola haciendo un descanso del estudio en la biblioteca y tienes unas escaleras de acero encima tuya y llevas tanto tiempo sentado debajo de ella que ya se te ha olvidado que estan y entonces te levantas con impulso para ir lanzado a estudiar y entonces te das en la cabeza, te haces una brecha, la escalera vibra, tu te mareas, la cabeza te sangra, tu hermana y una amiga suya te llevan al ambulatorio para que te miren, te tienen que poner grapas pero alli no tienen y entonces tienes que ir al Ramón y Cajal y una vez allí esperas más de tres putas horas hasta que te grapan sin anestesia y te vas de allí sin el informe porque te quieren hacer esperar para dártelo a pesar de que ya tienes el petipuá en la cabeza???

Pues eso me pasó.

Y bueno, no es un gran asunto, pero insisto, el titular me parecía tan imprescidible que merecía la pena contar el resto de la historia.

Y hablando de responsabilidades:



Responsabilidad mía es recomendar The Shield a toda persona...humana.

¿Y qué es The Shield, Curro? Oh... Todo aquel que le surja esa pregunta en su cabeza ya merece la más absoluta de mis envidias.

The Shield es la mejor serie de televisión que un servidor ha tenido la suerte de ver jamás. Y podría dar muchas razones, pero con la que me quedo y creo que diferencia a esta con las demás es el hecho de, no solo no dejar un cabo suelto (alguien ha dicho Lost?), sino de jugar con ellos, entrelazarlos entre todas sus temporadas y no dejar nada a la casualidad, sino que toda lo que ocurre tiene un por qué. TODO.

Recomendada queda pues esta serie a todo el mundo en general, y a los amantes de las series de polis en particular (yo no lo era).


Intercambio de sms a mediados de la primera temporada entre mi hermano Rafa(el que me la recomendó a mí) y yo:

Curro a Rafa *bip bip * bip bip: El Comisario es también una serie de polis, verdad?

Rafa a Curro *bip bip * bip bip: Sí, y Papa Piquillo una peli del oeste.


Increible como he simulado la vibración de la llegada de un sms, eh?. Qué puedo decir, soy un tipo de recursos. Eso, y si veis The Shield hacerlo en Version Original, por los clavos de cristo.

miércoles, agosto 20, 2008

Otro de esos

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Cinco palabras:

Yahe ter mi na do

Las que, a petición propia y desde el más oscuro rincón de la casa, podía oir mi madre en forma de canturreo y con voz infantil e inocente.

Cuando termines, me avisas – decía ella sin perder la compostura en ningún momento.

Ser madre no se escribe en el Currículum. Las madres no se pavonean de serlo. Las madres van al mercado y dicen “mi hijo es ingeniero agrónomo”, o “pues el mío tiene su propio bufete de abogados” pero en ningún momento dicen “SOMOS MADRES”.

- Mamá, mamá... que tengo caca mala.
- Mmmmmm... ¿has tirado ya de la cisterna?

- Si – respondía con la cabeza gacha y semiavergonzado por haberlo hecho.
- Ya te he dicho que si tienes caca mala me avises. La próxima vez que no se te olvide.
- Si, mamá


Y entonces llega esa próxima vez cuando desde el cuarto de baño de la casa se oía ese canturreo: Yaaaaaheeee teeeeer miiiiii naaaaaaa dooooooooooo (el cual tengo aún perfectamente grabado en la cabeza). Y tu madre deja de cocinar y va al cuarto de baño para ver como de mala es tu caca, tira de la cisterna y vuelve a la cocina para prepararte una manzanilla.

Y uno se tumbaba en la cama y en seguida se ponía a pensar en donde estaría esa canica que le falta, o si ya se habría pasado la hora en la que echaban Oliver y Benji sin pensar realmente en que lo que acaba de ocurrir. Eres un niño y todo lo que es habitual que se haga, no es un gran asunto, porque así es como funcionan las cosas. Y tu madre acaba de mirar cara a cara a ese montón de mierda que ha salido por tu pequeño culo y tu sigues pensando en las canicas y en Oliver Y Benji.

Madres del mundo, años después de que todo eso ocurriera: GRACIAS.


Y bueno, quizá un día de estos en el blog deje de hablar de caca y de pis, pero eso será solo quizá, y si recibo comentarios amenazantes para que deje de hacerlo.

miércoles, agosto 06, 2008

Relato de un pobre infeliz

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La duda me asalta en un día cualquiera de Agosto.

Abro el cajón de los calzoncillos y puedo ver que solo hay unos los cuales la última vez que me los puse, Jacinto de Gran Hermano estaba en la cresta de la ola. El plan B era coger unos pantalones cortos del equipo de baloncesto y ya. Este tipo de duda me humaniza. A por ello.

Salgo de la ducha y me tumbo en la cama pensando por qué no me ducho tres veces al día. Aun con la reflexión en la cabeza entra mi padre a la habitación descojonandose:
- ¿Tu has ido a hacer pis?. Un balbuceo resume mi respuesta en lo que se correspondería a un “Bueno, si te refieres a alguna vez en mi vida: si! Hace poco? Más bien no, quizá hace un par de horas” o lo que es lo mismo: Puebllbuee....mrfff.
– Lo digo porque está la taza meada por fuera macho.
Si me hubiera dicho algo así seriamente pues mi contestación de “yo no he sido” habría quedado lógica, al estarse descojonando cualquier replica sonaba a pataleta de tio de 23 años que se hace pis en los pantalones.

-Ah por cierto, saca a Rey.

Hoy por hoy hace calor para cualquier cosa en el mundo. Sacar al perro no es una excepción. Calor, Calor, Calor.



Dios, todo el mundo habla del calor. Del calor y de la crisis económica. Y pensar en la crisis económica da aún más calor. Y tres noticias principales por telediario nos invaden de distinta forma. Tres reporteros que se van a la playa micrófono en mano, y nos dicen con la playa detrás como hace un calor de la ostia. Y tu te preguntas porque cojones no suelta el micrófono, se desnuda y se mete en el agua en vez de quedarse ahí diciendo lo que ya todos sabemos. Hazlo, innova, y que la gente se cague en tu puta madre o que al menos se ria y piense que no todos estamos tan puteados. De eso te puedes librar, ¿de la crisis económica?. Te dicen que la gente no se va de vacaciones, que en Madrid hace años se notaba el tráfico más fluido pero que ahora sigue igual porque la gente no se ha ido de vacaciones, porque no tiene un puto duro. Te lo dicen de siete formas distintas.

Yo creo que en realidad no hace calor. DE VERDAD. Es que repitan lo jodidos que estamos 18 veces al día lo que nos sofoca. Y luego voy yo y pienso: ¡Aiba! Si nome han renovado en el trabajo. Y pienso en la crisis económica. En el calor.

EN SU PUTA MADRE.

Y espero a que se haga de noche para sacar a Rey. Y en un momento de brisa ya de noche de repente creo que el tiempo es bastante perfecto y creo que, aunque solo sea durante ese rato, mi vida es perfecta, porque el tiempo es la ostia y sacar a mi perro es gratis.