lunes, abril 20, 2009

Tan fácil, tan difícil

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Acercándome a la Plaza de España por la calle Princesa, observo a un tío bajito y rechoncho acercándose hacia mi. Llevaba su mirada clavada en mi persona desde hacia rato y sus pasos se dirigían decididos. Parecía conocerme, esquivaba a las muchas personas que a su alrededor pasaban y su objetivo ya estaba fijado: yo mismo.

De repente a este tipo parecía no importarle el resto de la gente, que chispeara o que llegara al uno sesenta por los pelos, lo único que le importaba era yo. Me alcanzaba por fin y con decisión, extendía su brazo y me ofrecía un panfleto. Lo cojo, le miro con cara de "¿nada más?" y me da las gracias con voz silbona.

Aquel no podía ser un panfleto cualquiera. Me decepcionaría profundamente si fuera de una librería o del profesor Uquelele. Entonces miré el panfleto y vi un mapa de la zona en la que me encontraba con un punto marcado en él. El punto, más allá del clásico "we are here" en rojo, era un un monigote con sombrero, bigote y unas tetas haciendo las veces de nariz o de ojos (lo cierto es que no tengo muy claro este aspecto) . Le doy la vuelta al panfleto:

MOUSTACHES

Disfrute tomando una copa,
servida por las más bellas señoritas.

En mi cabeza no hago sino visualizar cuatro ecuatorianas y tres rumanas con las tetas caídas y haciendo justicia, con la sombra de debajo de su nariz, al nombre del bar.

- Este cabrón - pensé - Este cabrón ha ido directo a por mi. No se ha parado en aquel tipo de sesenta años y cara de putero que tenía a su lado, o por ese grupo de adolescentes con ganas de tener una historia que contar a sus amiguetes, NO, me ha visto de lejos y ha ido decidido hacia mi. Me cago en la puta, ¿tendré mala cara?... ¿tendré cara de ser un tío que va al MOUSTACHES a tomarse un Pacharán que le ha servido Rasputina?¿en qué me estoy convirtiendo joder?. Necesito un trabajo, tener buena cara, andar desgarbado. Necesito oler a duchazo recién pegado, a zumo de naranja recién exprimido, a... a... necesito oler a alguien con metas. A alguien con...

Entonces volvía a dirigir mi mirada al panfleto para acabar de leerlo.

Ambiente selecto.

Mi autoestima pasaba de cero a cien en un abrir y cerrar de ojos. Mañana volvería a pasar por alli y, qué cojones, quizá algun día me pase también por el MOUSTACHES.

sábado, abril 11, 2009

En la sien

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Bebiendo de esa botella de agua me pregunto a que sabrá el infierno. Tengo dos filetes de pollo descongelándose en el microondas a cinco minutos. Le doy otro sorbo a la botella y masgullo el sabor de plástico entre mis mofletes. Pasan diez segundos y aun sigue el agua dentro de mi boca dando vueltas buscando un sentido a su existencia. Ahora no solo sabe a mierda si no que también empieza a parecer un gran escupitajo.

Suena el microondas, toco los filetes y parecen estar más congelados que antes de meterlos. Lo pongo más tiempo y empiezo a sacar ingredientes para mi ensalada: Lechuga, jamón, salsa de soja, aceitunas y aquel tarro lleno de condimentos chinos me hacen sonreir al imaginar mi cena acabada en un bol gigante. Lo cierto es que me lo estoy pasando de puta madre.

Es sábado por la noche, estoy solo en casa y me hago la cena acompañado de la voz de Pepe Domingo Castaño. Sábado, lunes o miércoles lo cierto es que toda la semana ese viene siendo un detalle poco significativo, los días pasan uno detrás de otro dándome igual que sea ayer o pasado mañana.

El otro día puse la tele y acabé en Telemadrid:

Especial Semana Santa en Madrid Directo - decían

Con la mirada perdida en la tele me preguntaba si existiría alguna frase en el mundo que con el mismo número de palabras me consiguiera ponerme los pelos tan de punta. Me ahogo en un tufo a perfume de señora mayor y entonces, detrás de toda esa gente, me recuerdo a mi mismo varios años atrás pasando la Semana Santa en Sevilla. En como pasaba horas esperanzado en conseguir ver algo entre toda esa multitud, y a lo más que alcanzaba era a alguna coronilla casposa mientras me ahogaba en channel número cinco y sudaba entre empujones y pisotones. Cuando por fin alguien me levantaba en brazos para asomarme a aquello que concentraba a toda esa gente, yo veía un muñeco moverse. Aquello me parecía como si alguien se las hubiera ingeniado para hacer la réplica más desagradable posible de la cabalgata de los reyes magos.

El agua de aquella botella sabía a Semana Santa. Era dificil escapar de ese pensamiento, pero ahi estaba yo, cortando la lechuga en trozos pequeños mientras el pollo empezaba a crujir en la sartén. Una ensalada conseguía librarme de la inmundicia más absoluta.

Acabé la cena cuando en la SER empezaban a retransmitir las noticias de las motos, momento perfecto para apagar la radio, volver a mi habitación y evadirme viendo la que sería la tercera película del día. Lo cierto es que no conozco una forma mejor de conseguir estar acompañado a pesar de... bueno, a pesar de todo esto.

viernes, abril 03, 2009

Redoble de batería

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- ¿En qué piso vives?
- En un Bajo
- Jo. Jo jo jo. JO!


- ¿Entonces en qué piso decías que vivías?
- (verás...) Emmm, en un bajo.
- Prfffffff. Jo JO JOOOOO!

El otro día me presentaron a un chico, al decirle que me llamaba Curro tardó poco más de dos segundos en preguntarme cuando había vuelto del Caribe. Más allá de retractarse y disculparse se me quedó fijamente mirando a la cara con una sonrisa que debería ser algo parecido a esto:

Para los que no anden familiarizados con el asunto: Curro se va al Caribe, anuncio de Halcón Viajes. Lo cierto es que yo llevo familiarizado con él desde que tenía 13 años.

Y es que algunas personas disfrutan con ese humor. Si bien al principio pongo cara de chóped acto seguido siento una terrible envidia. Pienso: si ven en esto algo gracioso, ¿cómo se lo tienen que pasar cuando vean La Vida de Brian o Aterriza Como Puedas?.

A estas personas se las ve venir, y cuando a alguien le digo que vivo en un bajo midiendo 1.92, tienen chiste para el resto de la tarde:

- ¿Curro no curras? Ah no, claro! que vives en un bajo!!

Y uno después de esto tiene que buscar una sonrisa cogida con pinzas para no parecer un antipático, cuando lo que se le viene a la cabeza es un arqueo de ceja hasta la coronilla y la cara de estar oliendo un truño.

Hoy me estaba cortando las uñas de los pies en mi habitación con la papelera debajo. Desde mi ventana puedo ver un patio que sin saber muy bien por qué suele estar muy concurrido. Hoy, una de esas uñas ha golpeado contra la ventana. Mi reacción ha sido darme un pequeño susto que se ha multiplicado por diez cuando al ver donde golpeaba la uña he visto la hucha de un obrero que parecía arreglar algo en el suelo. Después se ha dado la vuelta, nos hemos mirado a los ojos, le he saludado con la cabeza y me ha mirado con una sonrisa que debía ser algo así:

Me he despedido con la mano y a continuación he bajado la persiana. Por si acaso o yo que se.

El otro día en el metro un grupo de tres personas conversaban. Al pasar por la estación de Chueca uno de ellos replicó: Chueca... Chueca, Chuequita.
Los otros dos se rieron como si fuera la última cosa que iban a hacer antes de morir.

Mis prejuicios se disparan.