martes, febrero 28, 2006

In Enrique Anaut we trust

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Hace ya casi una semana que volví de viaje. La sensación que tuve durante la semana que duró este fué como si después de estar viendo uno de esos debates de Crónicas Marcianas en los que todos gritan a la vez, hubiese encontrado el botón del mute. Siguiendo con la comparación digamos que tras la vuelta del viaje no solo se ha vuelto a poner el sonido, si no que además ahora esos hijos de puta gritan más que alto que antes.

Se hace duro volver a adaptarse cuando por una parte no estás preparado para ello y por otra tienes más trabas que cuando empezaste. Supongo que es en estas ocasiones cuando uno tiene que empezar a valorar los pequeños detalles y las ventajas que tiene seguir con el ritmo normal de vida, pero la realidad es que eso no me apetece una mierda, de ahí que lo que estoy escribiendo no lo hago con un trasfondo de queja o pataleo de niño pequeño, sino que viene a ser más una expresión de un estado de ánimo con el que no me encuentro nada cómodo.

Haciendo caso al dicho popular que dice "si no puedes con el enemigo, únete a él" intentaré que este estado de ánimo no me coma por dentro y aprenderé de él para que en un futuro no me repatee tanto.

Es posible que una de las cosas que me hayan encabronado de volver a la realidad haya sido que el primer día de facultad me encontrara en la puerta del W.C. una pintada que decía algo así:

"Ya se que es triste pintar en la puerta del báter pero...: ME CAGO EN EL REY, VIVA LA REPÚBLICA"


Si bien es cierto que la mayoría de las veces las pintadas que hay en las puertas de los retretes me entretetienen tanto como si jugara a la Game Boy, con esta pintada mi indignación alcanzó límites insospechados y es que con todo lo sensato que es la primera parte (ya se que es triste escribir en la puerta del báter) ¿a qué cojones viene esa segunda parte cuando toooodaaaa la puerta está pintada con el mismo tipo de revindicaciones calimocheras?. No sé, es como intentar excusarse de que eres tonto argumentando que lo que hacen los demás es una tontería. Sería algo así como decir:

"Ya sé que es triste contar chistes malos pero... COMO SE DICE BOCADILLO DE MARISCO EN AFRICANO? BIMBO GAMBA BIMBO!."

Si todavía la segunda parte fuera poco previsible todavía tendría su aquel, que se yo...

"Ya se que es triste pintar en la puerta del báter pero...: LA A-5 ESTARÁ EN ATASCO RECORD HASTA MAYO POR OBRAS EN LA M 30"

"Ya se que es triste pintar en la puerta del báter pero...: LA NIÑA PASTORI ECHA MUCHO DE MENOS EL CHARLOTEO CON LAS VECINAS"

"Ya se que es triste pintar en la puerta del báter pero...: MARÍA JOSÉ. MARÍA JOSÉ A UN PASO DE TÍ Y TU NO ME VES"


¿Ni puta gracia verdad?.

Lo suponía.

Para cerrar y darle algo de sentido a este post aprovecho para mandar un abrazo a Zoe y Rober, que ha coincidido que a los dos les operan mañana.

Que vaya bien coleguis!


Suena: Karate - Pines

viernes, febrero 24, 2006

Evasión y Victoria

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Resulta curioso que hoy haya sido el peor lunes de mi vida, ya que hoy ni siquiera ha sido lunes. El caso es que no hablo de ese lunes que marca el calendario, si no de ese concepto de lunes de volver al día a día rutinario tras pasar un fin de semana en el que te has dado un respiro de la rutina que te envuelve.

Este viaje ha sido algo así como un fin de semana de seis días pero multiplicado por cien, no solo porque hayan sido seis días, sino porque han sido muy muy intensos y de ahí que este “lunes” haya resultado ser tan jodido y es que ya se sabe que cuanto mayor es el salto, más daño te hace la caída. Pero bueno, este es el precio que hay que pagar al haber vivido lo que he vivido y como lo he vivido, sería algo así como la resaca de una buena borrachera…

El viaje empezó el jueves pasado. Salimos de Madrid en un autobús con destino a Valladolid, donde pillamos un avión que nos dejaba en Charleroi (Bélgica). A partir de ahí, todo fue sobre ruedas y es que sin tener las cosas especialmente organizadas, yendo un poco a la aventura, la suerte se alió con nosotros desde un principio.

Antes de irme mi hermana me preguntó si estaba nervioso, yo le respondí que lo que estaba entre expectante y ansioso ya que no tenía ni una ligera idea de lo que me iba a encontrar, pero aun así sabía que lo iba a disfrutar.

Y no me equivoqué.

Podría ponerme a contar anécdotas, pero han sido tantas y tan distintas que no solo no conseguiría ni por asomo concentrar y expresar lo que significó cada una de ellas, si no que podría tirarme días haciéndolo. A lo que ni mucho menos reniego es intentar explicar lo que el conjunto de estas anécdotas dejó en mí.

Durante ese periodo de tiempo he tenido la increíble sensación de vivir ajeno al resto del mundo, tan solo existíamos nosotros, y lo que ocurría por los lugares que íbamos visitando. Cada uno de los colegas con los que he allí he estado han formado una pieza fundamental de aquel puzzle que representaba un sueño. Un sueño que íbamos construyendo sin tener que hacer nada, simplemente vivir y permanecer juntos. A veces viene bien una llamada de atención para realmente valorar lo que tienes a tu alrededor, y este viaje ha sido el toque de atención en cuanto a estos colegas se refiere.

Este ha sido un factor fundamental para que el viaje haya sido tan grande, el otro ha sido lugares que hemos visitado. La primera ciudad que vimos fue Gante.







La ciudad emanaba encanto por cada una de sus calles ya no solo por sus edificios sino también por la tranquilidad que se respiraba: la gente, los tranvías, las bicis… Aconsejada queda desde aquí esta ciudad para los amantes del buen gusto en general y de la tranquilidad en particular.

Tras Gante llegó Ámsterdam.

El transporte en bicicleta allí es algo así como una religión




Ya lo creo que sí
.

Lo que más llama la atención es la cantidad de canales y la fachada de las casas tan características, por encima de lo que se suele destacar (cofeeshops, barrio rojo, etc.). Sencillamente increíble.

También estuvimos en Bruselas y bueno, poco vimos de ella, y lo que vimos no parecía nada del otro mundo, de ese mundo en el que llebabamos inmersos unos días.

Y luego Brujas… aisss… que puedo decir.







Andar por esas calles es lo más parecido a vivir en un cuento. Se me quedan cortas las palabras para expresarlo y de hecho las imágenes también, ya que a pesar de lo bonito de estas, lo genial de esa ciudad es sentir que formas parte de ella.

Y tras seis inexplicables días, ¿que es lo que toca?



Volver a la realidad.

Gonzalo, Álvaro, Tamara, Jesús, Litos, Elena, Perny, Mónica: Grifindorf ganó de paliza.


Suena: Fugees – La

miércoles, febrero 15, 2006

San Valentín tuvo sentido

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Hace ya unos cuantos años, en esa etapa que cubre el periodo entre niñez y adolescencia (primeros pelos púbicos), el grupo de amigos con el que me iba (a.k.a. pandilla), teníamos lo que para nosotros era el plan definitivo para pasar las tardes de los viernes.

Este plan consistía en ir al gimnasio de nuestro colegio y darle el máximo rendimiento posible a todo lo que allí había: colchonetas, trampolines, balones, raquetas y volantes de badminton y, a veces, incluso combinábamos unos con otros.

Y si éramos niños...¿cómo es posible que pudiéramos disponer de todos estos accesorios por la cara? La respuesta se hallaba en aquella mujer de aproximadamente cuarenta años que venía a ser la señora de la limpieza de ese mismo gimnasio y que tenía a bien permitirnos todo aquello ya que nos cogió mucho cariño. Este cariño era recíproco y es que a pesar del egoísmo innegable que los niños teníamos a cierta edad, hay veces que incluso el sentido común supera al de la lógica.

Su nombre era Tina y todos los 14 de febrero teníamos a bien comprarle entre toda la pandilla un ramo de flores como agradecimiento y como felicitación de su santo. (Tina de Valentina). Siempre se emocionaba...

Esto era lo único que quería comentar acerca de San Valentín y es que me he visto forzado a hacerlo en cierta medida al recorrer por mi frente goterones de sudor tras leer nicks del tipo: “Feliz San Valentín mi vida… TE QUIERO”, “Feliz San Valentín a todos“ o “feliz día de los enamorados”.

Juro que algún día me crearé una cuenta nueva de Messenger y que esos tres contactos no estarán en ella (si eres uno de esos tres y estas leyendo esto… espero que lo entiendas, tenía que hacerlo).

En otro orden de cosas comentar que este será el último post en un tiempo y es que mañana me voy de viaje de fin de curso a Bélgica. Recorreremos Bruselas, Brujas, Gante y haremos una escapada a Amsterdam…

Este viaje será un tanto peculiar y es que es más un viaje organizado entre nueve amiguetes que no estábamos dispuestos a pagar el dineral que se van a dejar los que hacen el viaje oficial (por llamarlo de alguna manera) a Cuba. Y ha resultado salir redondo ya que la gentuza que nos hemos juntado ha resultado ser lo mejor que he conocido, ya no durante la carrera, sino durante toda mi vida…

Las palabras se me quedan cortas para expresar mis sensaciones ante este viaje y es que a pesar de que no estoy nervioso, la expectación me desborda por ver como de grande vamos a conseguir que sea esto.

Nos vemos a la vuelta.


Suena: Bloc Party – This Modern Love

jueves, febrero 09, 2006

Perdido en la espiral

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Viviendo en un letargo nada me inspiran los días que según van pasando no hacen más que dar vueltas sobre una misma espiral en la que se concentran la nostalgia de echar algo de menos y no poder recuperarlo y la ansiedad de tener ganas de que llegue algo y no poder adelantarlo. Y por una parte debería alegrarme más de esto segundo por la incertidumbre del que me deparará, lo que pasa es que el futuro no se puede recordar, y es que ¿acaso la felicidad no es, no la que se vive, si no la que se recuerda?.

Asi que en esas estamos, colgando de un hilo bastante fino llamado presente que no me aporta más que tiempo por delante que sin duda estaré dispuesto a malgastar, con una fácil solución, pero una difícil predisposición.

Y quizá por esto este blog últimamente no cuente nada interesante (salvo que me cruce un Hare Krisna por la calle dispuesto a solucionarme la papeleta) ya no tanto por el hecho de que no me pase nada, sino por las repercusiones que tienen en mi eso. O más que no me pase nada, que no suceda ningún cambio significativo que me apetezca resaltar o que bien me anime a escribir aunque no sea sobre el cambio si no sobre cualquier otro tema en particular, lo que por cierto haría más sencillo todo esto, y que haré por las razones ya indicadas en lo que queda de post.

Son las 3.22 de la a.m. suena una de esas bandas sonoras de John Williams (música recomendada para leer) y a pesar de que la música tenga sus partes con sobresaltos, de vez en cuando se me olvida el hecho de que hay gente durmiendo en mi casa y que el volumen les podría molestar como ya ha pasado alguna que otra vez.

Es curioso las distintas estrategias que cogen mi padre y mi hermano para echarme la bronca por esto. Por una parte mi padre entra a la habitación abriendo la puerta muy despacio, tan despacio que a veces ni siquiera me entero que está ahí y me sobresalta su débil tono de voz. El hecho de que a pesar de que le haya despertado la música, venga con un tono de voz muy calmado, no es sino una estrategia que lleva siguiendo desde hace tiempo y que consiste en hablar más bajo del volumen de la propía música para que yo, cazurro como soy, baje paulatinamente hasta que pueda escucharle. Hace tiempo que le cogí el truco, por lo que cada vez que veo asomar a mi padre por la puerta a ciertas horas, le doy al “pause” y le preguntó que quiere:

- ¿Puedes bajar la música?
- Si, claro, ahora la bajo.


Entonces se va y vuelvo a darle al “play” y una vez dado entonces bajo la música a un volumen prudente como para que no despierte a mi padre y suficiente como para que no me tenga que poner con la oreja al lado del altavoz para escuahrlo.

Mi hermano Alex, sin embargo, se pasa estas sutilezas por el forro de los cojones (cosa que entiendo), y si le he despertado con la música abre la puerta de mi habitación como si se quemara la casa y me increpa algo asi como: ¡¡¡BAJA, COÑO!!!. Tras esto da un portazo del que todavía me parecen oir algunas reverberaciones.

Gracias a la tecnología ha conseguido pulir su técnica y justo antes de acostarse se conecta al msn para hablar largo y tendido conmigo:

aLeX® - www.notbigdeal.blogspot.com dice:
baja
#12... [www.poluciones.blogspot.com] dice:
ya


Y quizás mañana sea un día diferente, aunque no haga nada para que asi sea...


Suena: John Williams - A Legend is Born

martes, febrero 07, 2006

El telefono móvil al que llama está apagado, o fuera de cobertura...

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Sentado en mi silla y leyendo atentamente aquel libro me encontraba una tarde más cumpliendo con mis obligaciones laborales, cuando entonces entro el hijo del jefe a llevarse una alfombra que hacía unos días había encargado para su casa, y que por razones que desconozco (y que tampoco me importan), estaba en la recepción.

Entró animoso a por la alfombra con una botella de medio litro de Fanta de naranja en la mano. No sé si sería su color llamativo, las pequeñas gotas de agua que se deslizaban por ella o esa especie de vaho que empañaba la botella lo que hizo que me entraran unas ganas brutales de beberme una Fanta en ese mismo instante.

Nada más salir fui directo a unos chinos que habían por allí cerca para comprarme una botella similar a la que hace tan solo unos minutos me había hecho saltar un lagrimón de esos gordos como los que salían en Chicho Terremoto, pero me tropecé con el obstáculo de que no tenía un solo euro en el bolsillo, asi que tocaba pasarme por un cajero a sacar pasta para comprarme esa jodida botella. La necesitaba, maldita sea.

Crecido al comprobar que ya había cobrado el mes de Enero, saque 20 euros, me acerqué a unos chinos y no solo me compré ese medio litro de Fanta de Naranja si no que me pillé un sándwich de pollo de esos que vienen plastificados y que siempre me dan la sensación de que están caducados por mucho que la fecha que pone en el dorso diga lo contrario.

Mi primera intención era beberme esa botella durante la vuelta casa, pero el añadido del sandwich me hizo replantearme que lo mejor sería sentarme en un banco tranquilamente y despachar a gusto lo adquirido.

Sin rumbo fijo empece a andar por las calles de Tribunal con la extraña sensación de visitar un barrio diferente al que acostumbro los fines de semana, por el sencillo hecho de encontrarme con las fruterías abiertas en lugar de los bares, los perros de los jubilados meando en las esquinas en lugar de... los hijos de esos mismos jubilados o en definitiva simplemente por ver todo aquello a plena luz del día. Llegué hasta la plaza del Dos de Mayo, me senté en un banco y comencé a despacharme ese sándwich y esa botella de medio litro de Fanta que duró bastante más que el propio sándwich: “La próxima vez... mejor una lata” pensé.

Seguramente hace rato que el que lea esto pensará a donde va a parar toda esta parrafada absurda, pues bien, esta parrafada va a parar a ese preciso momento en el que sentado y con la mirada perdida en el horizonte de cualquier punto perdido encontré la tranquilidad que hace tiempo andaba buscando y que probablemente a ti, amigo lector, te la sude, pero a mi desde luego me vino como de agua de mayo y lo mejor de todo es que vino así sin avisar...

Como a mi me gusta.

Así que dejo esta pregunta en el aire para incitaros a que me lleneis el blog de comentarios (prff) para responderla: A quién debo darle las gracias ¿al hijo de mi jefe, al sandwich de pollo o a mi tonta costumbre de ser uno de esos culo veo culo quiero?. Se aceptan respuestas alternativas.

Hablando del tema este, ayer tuvo lugar en Madrid el primero de los dos conciertos que darán aquí Depeche Mode, al que no pude ir por causas ajenas a metro. Pues bien, en pleno “Enjoy the Silence” me llamó mi amiga Vanessa al móvil, exactamente al 665249483. “Oh!, pero que hace poniendo su movil particular en Internet con la de acosadores que hay ahora y que seguro le atacaran a la mínima que se descuide” pensarás tú, pues es que ese móvil siempre esta apagado porque es el móvil que perdí hace cosa de seis meses y que por un fallo en el guión, mi amiga no cambió en su agenda por el numero nuevo, por lo que las llamadas fueron a parar a ninguna parte...

Acof.


Sea como sea agradecer públicamente el detalle que tuvo, que en el fondo es lo que iba a recordar y no la nota de las canciones...

Gracias Vanseilla.


También he vuelto a empezar a leerme "Los Renglones Torcidos de Dios", recomendadísimo desde aquí.


Suena: Burst – Mercy Liberation

jueves, febrero 02, 2006

Feliz Navidad

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Andaba yo por la calle Fuencarral a punto de entrar a trabajar. Tenía diez minutos que matar en los que se me ocurrió o bien sentarme en un banco a ver pasar trendis o meterme en alguna tienda de ropa para ver que se cocía por allí. Elegí esto último... craso error.

Entré en el templo de los modernillos de Madrid, el mercado de Fuencarral, ese sitio en el que si vas con un billete de cincuenta euros lo mismo tienes suerte y encuentras algún cinturón, de esto yo era consciente pero al fin y al cabo solo iba a mirar cosa que al final hice sí, pero sin entrar en ni una puta tienda, y es que me violenta mucho entrar a una tienda de diez metros cuadrados en los que solo estás tú y el dependiente. ¿Qué va a pasar algo por que mires y te pires? Pues no, pero ¿acaso no te sentirás más observado que el día de tu comunión cuando te pongas a mirar de reojo el precio de los pantalones?. Ya lo creo que si.

Me di un paseo por allí. Estaba tan tenso que se podría destapar una botella con mi culo, y es que notaba las miradas de los dependientes como si estas fueran escopetas de francotiradores de las cuales salían esos puntitos rojos que apuntaba directamente a mi sien, de ahí que saliera corriendo y llorando retorciendome en el suelo y pataleando como hacía tiempo que no lo había hecho. Vale si, esto último no es del todo cierto, pero hay que mantener cierta tensión argumental para no aburrir al personal... Ejem...

Ya era hora de ir a trabajar (suprimiré la palabra currar de este puto blog por razones más que obvias). Fué un dia tranquilo de trabajo en el que incluso tuve tiempo de mirarme por encima los apuntes de un examen que tenía en dos días. Cuando me quise dar cuenta ya eran las seis y media, hora de irse para casa a descansar, no sin llevarme algún sobresalto por el camino, claro.

Iba camino del metro de Tribunal, cuando de reojo pude intuir a un tío que llevaba una larga falda blanca. Antes incluso de que pudiera ser consciente de lo que significaba ver eso, se me acercó el colega. Aquel tío no solo llevaba una falda blanca, si no que también tenía la frente y la nariz pintada de algo asi como tempera naranja que bien parecía una cagada de ruiseñor bastante reciente (creo que justo en el momento que ví eso, fui consciente de que ya tenía algo que contar en el blog). Llevaba consigo una maleta, por lo que yo deduje que detrás del “hey perdona, ¿eres de aquí?” vendría un “¿donde está la calle tal?”.

Mis putas ganas...

(Reproducción no fiable de la conversación)

- Hey perdona, ¿eres de aquí?.
- Emmm... sí.
- Oh genial, ¿te gusta leer?

- (Ouch!, este cabrón me quiere encasquetar algo… y ahora por mi despiste voy a tener que darle largas... seré claro pues).- No, no me gusta leer.
- ¿Ah no?. Esto... ¿y a que te dedicas?
- Soy estudiante - (se dará asi cuenta de que no tengo un puto duro?)
- Bueno pero seguro que te interesa este libro sobre el Yoga. Mira verás, yo soy un Hare Krisna, como supongo que ya te habrás percatado, jajajajajaja.

- (¿De que se rie este hombre?, no tenía ni idea de que era un Hare Krisna, de hecho hasta ahora mismo creía que era una forma de decir “Feliz Navidad” en algún idioma raro).- Ajá.
- Mira te explico... los Hare Krisna somos una organización bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla... y por eso me gustaría que te leyeras este libro.
- Ok, lo leeré
- Además esto te ayudará a ser más feliz... porque ¿tu eres feliz?
- Si
- Y no te gustaría ser máaaas feliz.
- No.

- Oh!, no eres ambiocioso entonces...
- Digamos que me conformo con lo que tengo.
- Bueno pues, toma este libro... y ahora, ¿te importaría cederme algún donativo?

-(tras meterme las manos en los bolsillos para hacer el paripé...) - Aisssss, si es que me he dejado la cartera en casa.
- Ah, vaya...
- Toma, te devuelvo el libro.
- Vale, pero antes me gustaría darte algo

- (¡!¡!¡!¡!¡!¡!¡!)
- Toma... es un dulce de la India, espero que te guste.
- Jeje. Gracias
- De nada, hasta luego
- Hasta luego.


En la primera papelera que ví tire ese dulce que en algún sitio escondido llevaría grabado algo asi como “dulce para los hijos de puta que no compran el santo libro del Yoga”.

De la que me libré.

¿Os ha molao la historia?

A mi tampoco.

Para acabar dejo esta pregunta en el aire para ver si alguien se anima a responder: ¿Alguna sola persona de esta ciudad no está hasta los santísimos cojones de ver a José Coronado con un yogur en la mano?.


Suena: Bullet For My Valentine – The End