viernes, febrero 24, 2006

Evasión y Victoria

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Resulta curioso que hoy haya sido el peor lunes de mi vida, ya que hoy ni siquiera ha sido lunes. El caso es que no hablo de ese lunes que marca el calendario, si no de ese concepto de lunes de volver al día a día rutinario tras pasar un fin de semana en el que te has dado un respiro de la rutina que te envuelve.

Este viaje ha sido algo así como un fin de semana de seis días pero multiplicado por cien, no solo porque hayan sido seis días, sino porque han sido muy muy intensos y de ahí que este “lunes” haya resultado ser tan jodido y es que ya se sabe que cuanto mayor es el salto, más daño te hace la caída. Pero bueno, este es el precio que hay que pagar al haber vivido lo que he vivido y como lo he vivido, sería algo así como la resaca de una buena borrachera…

El viaje empezó el jueves pasado. Salimos de Madrid en un autobús con destino a Valladolid, donde pillamos un avión que nos dejaba en Charleroi (Bélgica). A partir de ahí, todo fue sobre ruedas y es que sin tener las cosas especialmente organizadas, yendo un poco a la aventura, la suerte se alió con nosotros desde un principio.

Antes de irme mi hermana me preguntó si estaba nervioso, yo le respondí que lo que estaba entre expectante y ansioso ya que no tenía ni una ligera idea de lo que me iba a encontrar, pero aun así sabía que lo iba a disfrutar.

Y no me equivoqué.

Podría ponerme a contar anécdotas, pero han sido tantas y tan distintas que no solo no conseguiría ni por asomo concentrar y expresar lo que significó cada una de ellas, si no que podría tirarme días haciéndolo. A lo que ni mucho menos reniego es intentar explicar lo que el conjunto de estas anécdotas dejó en mí.

Durante ese periodo de tiempo he tenido la increíble sensación de vivir ajeno al resto del mundo, tan solo existíamos nosotros, y lo que ocurría por los lugares que íbamos visitando. Cada uno de los colegas con los que he allí he estado han formado una pieza fundamental de aquel puzzle que representaba un sueño. Un sueño que íbamos construyendo sin tener que hacer nada, simplemente vivir y permanecer juntos. A veces viene bien una llamada de atención para realmente valorar lo que tienes a tu alrededor, y este viaje ha sido el toque de atención en cuanto a estos colegas se refiere.

Este ha sido un factor fundamental para que el viaje haya sido tan grande, el otro ha sido lugares que hemos visitado. La primera ciudad que vimos fue Gante.







La ciudad emanaba encanto por cada una de sus calles ya no solo por sus edificios sino también por la tranquilidad que se respiraba: la gente, los tranvías, las bicis… Aconsejada queda desde aquí esta ciudad para los amantes del buen gusto en general y de la tranquilidad en particular.

Tras Gante llegó Ámsterdam.

El transporte en bicicleta allí es algo así como una religión




Ya lo creo que sí
.

Lo que más llama la atención es la cantidad de canales y la fachada de las casas tan características, por encima de lo que se suele destacar (cofeeshops, barrio rojo, etc.). Sencillamente increíble.

También estuvimos en Bruselas y bueno, poco vimos de ella, y lo que vimos no parecía nada del otro mundo, de ese mundo en el que llebabamos inmersos unos días.

Y luego Brujas… aisss… que puedo decir.







Andar por esas calles es lo más parecido a vivir en un cuento. Se me quedan cortas las palabras para expresarlo y de hecho las imágenes también, ya que a pesar de lo bonito de estas, lo genial de esa ciudad es sentir que formas parte de ella.

Y tras seis inexplicables días, ¿que es lo que toca?



Volver a la realidad.

Gonzalo, Álvaro, Tamara, Jesús, Litos, Elena, Perny, Mónica: Grifindorf ganó de paliza.


Suena: Fugees – La

4 comentarios:

Anónimo dijo...

ayer todo el mundo me preguntaba, qué tal? y sólo me salía un tristísimo "triste". Como jode la realidad, quiero vivir para siempre en este mundo paralelo de happylandia, de calles de cuento, de tranvías y de personas civilizadas...

Gonzalo. Amsterdam, hotel Impala, habitación 103, "La habitación del pánico"...El pedo se me está quitando

Anónimo dijo...

"contento en la profunidad al ver lo enriquecedor que ha sido todo esto para mi vida y ese destino no es otro que el de acabarse".

No se porqué pero me siento diferente, espero no equivocarme si digo que me siento mejor persona. Vivir el momento, qué gran lección y qué difícil de poner en práctica. Me he quedado con ganas de hacer de mi vida una gran aventura. En contra de lo que pensaba no todo es cuestión de golpes de suerte, las aventuras tambien se buscan. La vida le sonríe a la gente decidida y a los que miran el mundo con ojos de recien nacido.

Muy cojonudo tu e-mail. Un abrazo

Anónimo dijo...

Qué envidia (de la sana) me da leer lo que has escrito hoy. Me ha hecho recordar algun viajecito pasado y me han entrado ganas de seguir viajando. Gracias por recordarme q es fundamental salir y ver cosas nuevas de vez en cuando.

Anónimo dijo...

in us we trust. Un placer herman@s.
^_^ . PeRnY .