martes, agosto 22, 2006

Desempolvando

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Me acuerdo que una vez, cuando era pequeño, en vísperas a un duro día de clase de invierno en el que ni siquiera había clase de gimnasia para hacerlo más llevadero, me encontraba yo tumbado en la cama de mi habitación pensando una buena excusa para no ir a clase al día siguiente.

En ese momento mi inspiración se encontraba bajo cero y la única excusa que se me ocurría era la de decir que estaba malo. Tirando de clásicos. Como lo de mentir no se me da demasiado bien y la excusa era esa mierda, decidí descartar la idea de la excusa en sí y quedarme con la esencia del “estaba malo”, así que, pensando en lo eterna que se me hacía siempre la clase de Matemáticas para hacerme más fuerte, me destapé (sabana y edredón included), me quité los calcetines y me remangué los pantalones del pijama hasta las rodillas. Ahora solo tenía que esperar a que la calefacción no fuera demasiado generosa y que el frío de la calle se colara entre las rendijas de mi ventana y los poros de mi cuerpo.

Mi plan no podía fallar, al día siguiente estaría con la fiebre en el punto justo para no poder ir a clase pero si para poder jugar al Street Fighter 2 en la Super Nintendo que le habían dejado a mi hermano esa misma semana.

Me desperté al día siguiente, y entre legañas pude comprobar que estaba tapado hasta el cuello (sabana y edredón included) acurrucado como si se acabara el mundo, y con los pantalones del pijama sin remangar (desarremangado suena bastante mal). Mi plan había fracasado dándome cuenta (y lamentando) que el sentido común no desaparece ni siquiera cuando estamos dormidos.

Últimamente agradezco mucho los momentos previos a dormirme, siempre en estos momentos maquino muchas historias, quizá demasiadas. El modelo de este tipo de historias que se pasan por mi cabeza suele ser el que empezaría por las palabras “Y si”. Digamos que serían el encabezamiento de los sueños ya que todos esos pensamientos giran en torno a situaciones supuestas. Unas veces parto de historias inventadas a las que dejo que la imaginación haga su trabajo, otras veces cojo historias ya creadas pero les cambio el desenlace o meto factores nuevos que hagan que la historia de un giro inesperado y otras veces, las que menos, me limito simplemente a recordar.

Creo que el hecho de que me encanten estos momentos, se debe también a la situación que viene después, que no viene siendo otra cosa que dormir y lo que ello implica. No sé, no sería lo mismo beberse un vaso de horchata y que luego te dieran una ostia, que beberse un vaso de horchata y después tumbarse en el sofá y escuchar tu canción favorita.

A lo mejor no es positivo que una de las mejores partes del día (si no la mejor) venga siendo esa en la que estoy durmiendo, pero esa sensación de despreocupación que se tiene por todo y no ser consciente de nada, me hacen tener la sensación de que si yo mismo fuera un mando a distancia, le acabaría de haber dado al botón de apagado, porque todo lo que hay en ese momento en la tele es una mierda.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Cada dia lo flipo mas contigo...
Un mando a distancia?
Deja el LSD

Miriam (flxt) dijo...

jajajaja Curro, me ha encantado el simil de la horchata!

Cuando he leido el primer párrafo he pensado "anda mira, como lo que hacia yo" pero luego me he dado cuenta de que es lo que sigo haciendo!! (lo de intentar tener fiebre ya no, eh)
Y esque no hay nada como dormir.

Sigue con el LSD!

Litos dijo...

LSD = Litos Siempre Durmiendo.

La verdad es que coincido contigo con que uno de los mejores momentos es el previo a dormirse, aunque a veces puede ser el peor: si tienes un problema metido en la cabeza es en ese momento en el que más te rayas, aunque claro, siempre está el viejo truco de contar ovejitas.

P.d:¿queréis chufas?

Anónimo dijo...

De acuerdo con todo lo de todos, menos con lo de las ovejitas (y sin ser capaz de decidir respecto a lo del LSD)

El momento de antes de dormirse, en mi caso un momento siempre largo, da verdadero miedo cuando estás rayado por algo o cuando esa noche en vez de pensar "y si" empiezas a recordar. Si se juntan las dos cosas a veces directamente es imposible dormir...

Las malas rachas deberían superarse durmiendo semanas enteras

y si primero te diesen la ostia y luego el vaso de horchata?

Piensalo

Anónimo dijo...

http://www.youtube.com/watch?v=hU-0SxDdCsU

Anónimo dijo...

neneee wau..m has dejao fatal...qué tío, q profundo....´r u ok?..gg aki va pa ti y pa tos:
(entera q mola más...)
Sueña el rey que es rey, y vive
con este engaño mandando,
disponiendo y gobernando;
y este aplauso, que recibe
prestado, en el viento escribe,
y en cenizas le convierte
la muerte, ¡desdicha fuerte!
¿Que hay quien intente reinar,
viendo que ha de despertar
en el sueño de la muerte?

Sueña el rico en su riqueza,
que más cuidados le ofrece;
sueña el pobre que padece
su miseria y su pobreza;
sueña el que a medrar empieza,
sueña el que afana y pretende,
sueña el que agravia y ofende,
y en el mundo, en conclusión,
todos sueñan lo que son,
aunque ninguno lo entiende.

Yo sueño que estoy aquí
destas prisiones cargado,
y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño:
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.

la mejor parte del día es la que inventas? o el mejor invento es la horchata?