viernes, agosto 17, 2007

Makahierros

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Un tío anda sobre la linea amarilla del andén del metro, sin cascos puestos va silbando algo que creo reconocer. Me extraña hacerlo y es que yo creía que la gente que silbaba cosas lo hacían siempre eligiendo soplidos al azar, sin embargo ahí estaba él silbando la canción de Aladdín. Recuerdo algo y trago saliba. Acto seguido me cago en la puta.

Ya dentro del metro una chica se sienta delante de mí y empieza a hablar con sus amigos sobre un programa de modelos. Nada por lo preocuparse si no fuera que la chica estaba hablando en serio. Como sintiéndolo:

“¡Y bueno! Increíble cuando le pusieron un huevo a la modelo en un zapato sin tacón… tenía que andar sobre la pasarela sin romperlo!”


Que guay, tía.

Empiezo a pensar en toda esa gente con la que no acabo de conectar. Esa gente que a pesar de que me la han presentado ochocientas veces soy incapaz de mantener más de tres frases absurdas de conversación. Pienso en los amigos que ahora tengo y sonrío al darme cuenta en que no ando lejos de alcanzar una de las mayores virtudes que al ser humano se le puede conceder: el ser selectivo.

Ayer y antes de ayer han tenido a bien pasarse por mi casa Nerea, Tania y Nash. Compañera de piso, hermana de ella y amigo de Londres respectivamente. Dos jovenas de Barcelona y un joveno de Londres, me incitaban a hacer de guía de turístico de esta mi ciudad: Madrid.

Desde siempre he visto Madrid como una ciudad la cual visitar no era cuestión de, vente aquí, después aquí y luego allá. Siempre he considerado Madrid como una ciudad de ir descubriendo poco a poco, una de esas ciudades de las que aprendes más de las personas, tiendas o bares que de los edificios, de ahí que estuviera un tanto esceptico ante la idea de ser “guía” de alguién en esta mi ciudad y más habiéndola abandonado hasta hace poco durante un buen periodo de tiempo.

Puesto el reto sobre la mesa me llevé a Nerea, Tania y Nash por el centro: Parque del Retiro, Sol, Plaza Mayor, Palacio Real ,Jardines de Sabatini, Puente de Segovia, Puerta de Toledo... haciendo de guía durante tan solo dos tardes y con nuestra cabeza más puesta en el reencuentro con Ana, lo de hacer de guía alcanzaba un next level. Fuera como fuese me alegré de reconsiderar mi teoría sobre Madrid y es que las calles limpias y semivacías por la marcha de nuestros conciudadanos a las costas españolas hacían de Madrid un sitio más agradable y tranquilo por el que andar por sus calles me resultó verdaderamente agradable. La compañía siempre ayuda, pues claro.

Ahora toca decir adiós, cagarme otra vez en la puta y pensar que al menos un buen fin de semana se avecina y es que mañana sobre las cuatro de la tarde iré rumbo a Bilbao con un buen puñado de amigos a conocer esa ciudad que ya desde hace tiempo tanto me llama la atención.

Veremos que tal.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuando estemos en Bilbao no te cagues en la puta, cágate en la ostia que no queremos que se enteren de que somos madrileños...

Anónimo dijo...

Bueno y que tal Bilbo bestia blanca?

Anónimo dijo...

Que tenga que venir yo para que aprecies tu ciudad! ... ay, currillo!

Gracias por todo. Eres el mejor!

Diviértete en Bilbaooooooooo!

Ana dijo...

q fuerte...
de verdad les ponian wevos en los zapatos planos???
es q no me lo puedo creer...
yo necesito reencontrarme con madrid
me ayudan???

nos vemos...

Turu dijo...

Como fue Bilbao?
Espero que muy bien!

Un beso desde el lluvioso lluvioso lluvioso agosto de Londres...