miércoles, agosto 04, 2010

Words

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De cuando en cuando, tumbado en la cama buscando el sueño entre pensamientos tontos y notando el fresco gotelé en mi brazo, acabo preguntándome a mi mismo cosas como: ¿Qué pasaría si esta noche, cuando cerrara los ojos, no volviera a abrirlos nunca más?. Entonces, tras el sofoco, sigo pensando: bueno, no habría mucho que pudiera hacer para evitarlo, ¿pero habría algo que pudiera hacer en ese momento que hiciera de esa muerte algo más digno?

Encender la luz para comprobarlo es algo que prefiero evitar en el caso de que, por ejemplo, entrara mi madre justo en ese momento y me preguntara: ¿Qué haces con la luz encendida?, y en un arranque de sinceridad yo le respondiera: nada, buscando algo en la habitación que me pueda ser útil para conseguir que el cadaver que te encontrarás de tu hijo mañana por la mañana resultara honroso para tí.

Una vez desechada la idea de buscar objetos palpando con las manos, en mitad de la oscuridad me invade el recuerdo de mi amigo Litos y como en un porcentaje absurdamente alto, cuando abandono un coche en el que está él, se despide de mi diciendo: "Hasta luego Curro, y no te castigues mucho el chorizal". Y es que, ¿qué pasaría si una frase así fuera la última que le oyera decir en mi vida?, ¿que pasaría si por el contrario fuera yo el que lo hubiera dicho y dejara esa joya como recuerdo en la cabeza de mis amigos?

Es entonces cuando, yaciendo en mi lecho que en breves instantes será de muerte, pienso algo que decir. Es probablemente tarde y la intensa actividad con la que rebusco unas últimas palabras en mi cama hacen que dormir vaya a costarme más de la cuenta, pero eh!, merecerá la pena porque: a) Mejor extender mis últimos minutos con vida lo más que pueda
b) Es de mis últimas palabras con vida de lo que estamos hablando aquí, maldita sea!

Entonces chasqueo los dedos, sonrío y carraspeo para que esa última palabra vaya a sonar limpia y directa:

CACAFUTI

Y es que aunque uno coma coliflor rehogada y menestra de verduras, todo importa un poco menos cuando de postre tienes unas natillas que rebosan el cuenco.

3 comentarios:

Nerea dijo...

Sin duda, esa es la palabra que buscabas.

Litos dijo...

Si Orson Welles hubiera leido este post antes de hacer hecho Ciudadano Kane, da por hecho que la historia del cine moderno no sería tal y como la conocemos.

Natillas...que cabrón

ich liebe berlin dijo...

xD
grandioso