viernes, julio 24, 2009

Curro Gil: 1984 -

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Con varias dósis de experiencia en cuanto a trastornos del sueño se refiere, uno ya sabe perfectamente que mezclar el calor, el cargo de conciencia y el cambio de biorritmos, no ayuda para nada a conciliar el sueño a horas decentes ni a hacerlo en paz cuando este llegue. Es por esto que al final ese uno ya no se escandaliza cuando ve el reloj avanzar por la madrugada sin que los párpados pesen ni un ápice, ni cuando acostarse en la cama con la luz apagada se convierte en un paripé necesario para que no quede esa cosa tan incómoda dentro de "deberías haberlo intentado".

Entonces ese uno, aprovechando la intimidad que desprende la madrugada, intenta encontrar cosas con las que sentirse cómplice sabiendo que esta potenciará esa sensación como lo haría dar un trago de agua después de correr durante 30 minutos al sol. Me puse otro capítulo de Six Feet Under (A Dos Metros Bajo Tierra) para hacer tiempo hasta encontrar esa cosa y lo curioso resultó que en el propio camino estaba la meta.

¿Esa es una serie de una familia de sepultureros, no?, me preguntaba Litos. Le respondía que sí y no mentía. De lo que me he dado cuenta es que lo verdaderamente importante de esta serie no es que sean sepultureros, sino que sean una familia. El hecho de que restauren cadaveres y dirigan una funeraria, no es más que un gancho para establecer un vínculo emocional que hace a uno sentirse parte de ella hasta unos níveles ridículos que, como te puedes imaginar, se potencian a las mil de la madrugada. Y es que pueden pasar capítulos y capítulos en los que la trama se quede estancada en una misma historia, pero acabas perdonándoselo porque de una forma extraña esa gente te importa. Esos putos locos forman parte de tu familia.

A mi me han engatusado, lo han hecho hasta el fondo, y es por eso que me encanta haberlos encontrado. Por cierto, la serie tambíén trata cosas de la muerte.

¿Y como era esto que se decía ahora? ¡Ah, si!: Un capítulo más y a dormir.

5 comentarios:

nus dijo...

El verdadero problema es que sean las 7 y te tengas que despertar obligatoriamente.

Por cierto, acabo de darme cuenta de lo rara que suena la palabra paripé cuando está sola:

PARIPÉ

Ba dijo...

Si es que esa serie es DIOS! Yo, lo dicho, estoy enamorada de todos los personajes, tienen la maldita genialidad de conseguir meterte en cada uno de sus pellejos.

He empezado la cuarta y eso de que te entre la llorera al final de un capítulo en la más absoluta intimidad de las 4 de la mañana, sin que nadie te vea... mola. Sin que nadie te vea.

Curro dijo...

Paripé suena a puré de paridas. Que una palabra me transmita eso, es la ostia sí o sí.

Ba, a mi me queda el último de la tercera. Me morderé el carrillo por si acaso...

Gadea dijo...

¡Buen gusto! Es una de mis series favoritas, así que ya me dirás qué te pareció el final (cuando llegues)... además el padre de la familia es Richard Jenkins, gran actor (a mi parecer).

Saludos Curro =)

Zalo dijo...

Pues yo, que soy animal de costumbres, me pongo Lost una y otra y otra vez, porque a mí lo que me hace llorar son Desmond y Penny, o John Locke diciendo "Todos y cada uno de los segundos de mi pequeña y patética vida son tan inútiles como ese botón" (o algo así).

El caso es que éste verano he establecido un nuevo record: De las 6 de la mañana no bajo!! ¿Sabes que es lo mejor? Hay al menos un día a la semana que no consigo dormirme ni a esa hora, y me paso dos días de empalmada, la leche ¿eh?

Puto verano.