jueves, octubre 01, 2009

Takeshi's Battle

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¿Os acordais de Humor Amarillo? Sí, sí, ese programa que la gente no hacía más que reclamar que volviera para que en pocos meses se fuera a tomar por culo por bajas audiencias. Pues bien, en este programa existía la prueba del laberinto y en ella, el concursante tenía que cruzar este intentando no encontrarse con los dos malos malísimos que sigilosamente esperaban dentro para untar la cara de mierda a dicho concurstante. Otra dificultad que entrañaba la prueba era que la puerta de salida que uno se podía encontrar no era solo la valida, sino también una puerta trampa que daba a un charco lleno de barro y mierda a rebosar. En esta prueba existía un momento crítico en la vida del concursante, este consistía en que, una vez escuchados los gritos de las dos malas bestias que venían pisándole los talones para patearle el culo, el concursante abría la puerta que daba al charco de inmundicia.

- ¡Bien! entonces ahora mis opciones son o bien tirarme a esta cloaca que huele a ratas muertas, o que el calvo gigante y el pelirrojo mellao me cojan y traten de estrangularme con sus guantes bañados en queroseno.

Hace unos años (unos cuantos ya) un joven y fresco Curro recien aprobado selectividad, decidió escoger la carrera de Trabajo Social como primera opción para iniciarse en sus estudios universitarios. Oh joven Curro, menudo subnormal de las pelotas.

Años después sigo estancado en esta carrera con una sensación sofocante de no ser capaz de aprobar ni una sola asignatura más por una desmotivación tan brutal que me atasca en un pozo de mierda del que no puedo salir. ¿Aprobar las que me quedan de una puta vez, o tirar la toalla?, para el resto de la población humana una decisión guiada por la evidencia, ¿para mí? una decisión guiada porque no quiero que el calvo y el mellao me pateen el culo.

Con mi futuro tambaleándose más que una gelatina en la linea 6, mis motivaciones solo se rigen por el debo y no por el puedo. Me cuesta dormir, mi cabeza piensa rápido y las ganas de que me sigan preguntando '¿cuanto te falta?' gente que acabó hace años mientras sueltan un "puff" al escuchar mi respuesta, son las mismas ganas que tengo de vomitar azufre.

No deja de ser curioso que a pesar de todo, a esta carrera le deba prácticamente quien soy ahora. Me ha hecho encontrar por el camino a mis mejores amigos, uno de los cuales incentivó que me fuera a Londres conociendo allí a esa otra mitad de personas que rigen mi estabilidad para no volverme medio majareta un día de estos. Oh amigos, ¿qué cojjjj... me quedaría si no fuera por vosotros?

Y supongo que después de desahogarme de esta manera dormir será un poco más fácil. Siempre viene bien hablar sobre el monstruo que nos come cada día un poquito más el estomago y además, he hecho bastante tiempo con esta especie de redacción para el cole sobre como ves tu futuro.