viernes, octubre 03, 2008

Curro es mariquita

___________________________________________________________

Llego a casa a la una y media, muy cansado, con el culo como un tablero de ajedrez y las primeras palabras que oigo son las siguientes de mi, sacada de la cama con cara de sueño, hermana:

- Mañana te tienes que levantar a las ocho para sacar a Rey.
- Noooo, noooo...
- Yo trabajo, Alejandro tambíén. Tienes que hacerlo.
- Noooo, noooo... - pienso. Pffffffffjjj - digo.

Miriam, joooodeeeer, que somos hermanos, que somos mellizos, ME-LLI-ZOS. Mi mundo se derrumbaba. Un escupitajo verde al ojo me hubiera sentado mejor.

Las ocho de la mañana y suena el despertador. Y lo apago.

Y me cago en dios.

El plan estaba claro, sacar a Rey alarmándome lo menos posible. Moviéndome poco. Asi pues, con la misma camiseta del pijama, los pantalones del día anterior, sin calcetines y con los ojos semicerrados intencionadamente detrás de las gafas, paseaba a Rey mientras se comía el cesped y jugaba con otra perra sin que de mi boca fuera capaz de salir el mínimo reproche.

Volví entonces a dormir y lo conseguí tras quince minutos de nerviosismo en la cama.

Día siguiente, mismo plan, distinto desenlace. Tras un rato largo dando vueltas en la cama sin conseguir volver a dormir y desvelándome por minutos, decidí tumbarme en el sofá del salón a ver si algún canal de la tele me amodorraba. No encuentro el mando y dejo lo que estaba por no levantarme a buscarlo. Es Telemadrid y Ely del Valle está acabando una entrevista con Jose María Fidalgo - hombre de voz grave y campechana-. Tras hacerlo, se despide con una frase: Buenos días y aprovechenlo, que no ha hecho más que comenzar.
Ely del Valle me hacía meditar.
Dos horas y media después estaba poniéndome las zapatillas de baloncesto para irme a correr al parque de las Naciones.



Si me buscas en Google te saldrá
Usted quiso decir: Ley del valle.


Bueno, vale, no solo fue ella el mérito. El remordimiento por no mover un músculo desde hace meses y empezar a ponerme más fanegas de lo debido también estabá ahí.

Sin bolsillo en mis pantalones cortos, ni tampoco en la camiseta, no me quedaba otra que llevarme una sudadera. Necesitaba llevar algo con lo que medir el tiempo que llevaba corriendo, a falta de cronómetros en la muñeca el móvil era el elegido. Y ya está? No joder, las llaves.

Tras diez minutos andando llegaba al parque de las naciones donde ya podría hacer el paripé. Dos pasos y me di cuenta que las llaves no podían ir en los bolsillos. Suficiente iba a tener con mi respiración de perro para encima llevar un árbol de Navidad en mi sudadera. No quedaba otra que llevarlas en la mano. Bien.

Siempre he sentido un gran respeto por la gente que hace footing. En Londres los veía por todos lados y, de verdad, les admiraba. Era algo así como: Tío, estás corriendo sin un motivo evidente como perder el autobús o que te esté cayendo un cahaparrón de cojones, sin que nadie te obligue... ¡lo haces por tu salud!. Es como si comer verdura cansara.

Y ahí estaba yo, dando las primeras zancadas, admirándome y alentándome en como el ritmo que llevaba no solo me hacía adelantar a los jubilados que habían salido a pasear esa mañana, sino también algunos jubilados que habían salido a correr esa mañana. No podía evitar aumentar un poco el ritmo cuando me cruzaba con algún otro corredor como diciendo: eh! que no voy tan lento como creías!, mientras le miraba de arriba abajo para ver donde cojones había guardado él las llaves. Y entonces tras un rato largo corriendo sin rumbo y con mi respiración empezando a acelerarse, miré a mi crono con la esperanza de llevar cerca de... ¿15 minutos?



CUATRO MINUTOS.

¿¿¿Cómo??? Ostia puta. Vale, calma. Aun no estás cansado, simplemente estabas testeando que tal ibas. ¿Decepción? Bueeno, mientras lo meditas sigue pasando el tiempo. DESPACIO, pero sigue pasando. Y mira ese viejete... seguro que lleva tres cuartos de hora corriendo. Y mira ese otro, seguro que lleva mas de dos horas dándole con la vara al olivo para coger alguna aceituna. ¿Es que vas a ser tu menos?.

Y con el espiritú de un entrenador de baloncesto de high school metido en mis venas, aumentaba el ritmo mientras notaba como se me caían los mocos, caía en la cuenta de que no había estirado un puto músculo antes de empezar y sentía como el puño cerrado que guardaba las llaves se iban fusionando con estas a través de un sudor oxidado del que ni mil duchas me iban a liberar jamás.

Y habiendo llegando al final del parque y ya volviendo, me di cuenta que las consecuencias de haber corrido sin un rumbo fijo se estaban pagando. Me había perdido. No sabía como cojones llegar a la salida, seguía corriendo al lado de un campo de golf, cagándome en la puta, en Ely del Valle y en el pijerio de los golfistas que, oh!, por no cansarse, recorren el campo en un cochecito.

No puedo más, no puedo más... no puedo m...
y me paraba. Miré el cronometro marcaba 25 minutos. Andando fue más facil orientarme y encontrar la salida fue cuestión de segundos. Mientras lo hacía podía notar los dedos apuntándome de los corredores que pasaban al lado mía, de los ciclistas y también de los obreros y los golfistas. Había perdido la partida, pero joder... LA HABÍA JUGADO.

Llegando a casa arrastrando los pies como hacía tiempo, me quité la camiseta y tiré ese trapo mojado al cesto de la ropa sucia contento por hacerlo porque apestara a sudor, y no a humo de tabaco que ni siquiera era mio.

Gracias Ely. Mañana repito.

4 comentarios:

Quico dijo...

"Ring Ring"

-Quico tío, ¿qué tal?

-Bien Jorge, ¿y tú?

-Tio, estoy hecho una foca y no hago más que beber. ¿¿Y si nos reapuntamos al gimnasio?

-Guay, porque yo parezco el puto Pete Doherty, creo que peso unos 30
kilos...





Pues eso, yo también vuelvo al mundo del sudor, y me vendrá bien para descargar tensiones, empezamos el lunes, verás qué risas xD



"¡lo haces por tu salud!. Es como si comer verdura cansara."


jajajajajajaja, muy grande ;)

Anónimo dijo...

Iuuuhhggth... odio cuando voi a la barra, pido una cerveza, llevo el dinero justo y el amable camarero se entretiene sirviéndola con amor y charlando con sus coleguis de barra.
Ese olor a monedilla naranja... casualmente siempre te acercas la mano a la nariz y siempre lo hueles.. es de los que permanece.
Suerte que inventan piedras de aluminio quitaolores con forma de jabon.

Yo... sólo fui a correr una vez en mi vida, fue en Londres, quise sentirme una de ellos, pero yo soi especial, y creo que la Australiana que me acompañaba (...o era yo la que la acompañaba...) también lo es.


Correr sin prisas mola...
perderse no tanto



Curro, mariquita



Ana...

PD: Esta!!! Esa!!!

Unknown dijo...

HOLA AMIGO:
PASO SIEMPRE POR TU BLOG, MUY MUY BUENO!!! SOY DE ARGENTINA, Y TE INVITO A QUE PASES POR EL MIO... SI BIEN LLEVAN NOMBRES MUY SIMILARES, EL MIO TIENE QUE VER CON UN PROGRAMA DE RADIO... ESTARIA BUENO QUE ME AGREGUES COMO LINK AMIGO....
TE ESPERO POR MI PAGINA!!! UN ABRAZO!!!
EZEQUIEL

WWW.FMPOLUCIONESNOCTURNAS.BLOGSPOT.COM

Miriam (flxt) dijo...

Cuando he leido que te habias perdido me he escojonado. Pero ha sido de mi, por la de veces que me ha pasado. Por cierto, aceptame en el msn tiorrrl!