lunes, junio 22, 2009

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El viernes pasado recibí una llamada desde Viena de mi amigo Gonzalo:

- Qué pasa, caballero
- ¡Hey! ¡Qué tal tío! ¿Cómo va por Viena?
- Pues bien, precisamente me dirijo ahora a un escenario a ver a Faith No More para luego ver a Nine Inch Nails y acabar el día con Metallica.

Cuando a mi una persona tiene los santos cojones de soltarme una frase de ese estilo, asi de sopetón, todo lo que a continuación no sea un insulto sonoro y profundo poco sentido tiene.

Con motivo de su ausencia en Madrid por la visita a este festival, accedí a sustituir a Gonzalo en su trabajo durante los tres días que no podría acudir. Este consistía en dar clases de informática e internet a nivel básico a unos ancianos durante un par de días y a un loco, una colombiana y dos - cito textualmente- "putos crios" otro.

Unas semanas antes y aun metido de lleno en las prácticas, mi hermana me preguntaba si estaría interesado en hacer de canguro (!!!) a dos niños del barrio durante un par de semanas. Después de haber tanteado el suicidio como una opción razonable tras los siete meses en las prácticas con los niños marroquíes, y con la imagen de canguro en mi cabeza de una tipa llamada Amber masticando chicle con la boca abierta, con una coleta a un lado y llevándose al novio a la habitación de los padres para 'pegarse el lote' sin quitarse la ropa mientras los niños destrozan la casa, las dudas sobre aceptar el trabajo eran más que considerables. Finalmente accedí.

Seis personas a lo sumo, una clase cerrada sin ventanas ni aire acondicionado y unos cuantos ordenadores despidiendo fuego, hacían que de primeras el panorama fuera poco alentador. A los quince minutos de la primera clase, y con los nervios ya liberados, me veía a mi mismo enseñando algo a personas que tendrían tantas cosas que enseñarme a mí, que convertía aquello en una curiosa paradoja. Y es que si ya se me hizo raro escuchar a principios de año que alguien me llamara 'profe', cuando ese alguien tiene más de setenta años la sensación de rareza se multiplica.

El siguiente día, al ver a mis alumnos por primera vez, recordaba las palabras de Gonzalo a modo de flashback: Hay un colgao que siempre va con mallas de ciclista a la clase y que se te queda mirando como esperando alguna respuesta. Dejé escapar una risotada al ver que lo de las mallas no era ninguna broma y que además lo acompañaba una camiseta de publicidad que podría pertenecer perfectamente a Borja de 'Que Vida Más Triste'. Tras la raquítica clase con el loco y la colombiana vinieron los "dos putos críos". Su edad era esa en la que una madre no debería seguir vistiéndote pero que aun así lo hace. Acabé la clase recomendándoles seriesyonkis.com entre otras paginas para ver series en streaming y, adelantándome a la pregunta, ninguna de ellas porno.

¿Lo de canguro? Dos semanas haciendo nada en un salón ajeno esperando que unos niños rubios con ojos azules y angélicales no metan el tenedor en la tostadora o el cepillo de dientes en el microondas, hacen que cobrar una miseria merezca la pena por poder costear las vacaciones fugaces que espero tener este verano. Referencias anteriores me comentan que mi mayor preocupación con ellos será que no me humillen demasiado cuando juguemos a la Wii.

Y ya está. Sí, este es el post. Porque a veces viene bien recuperar la idea original de un blog, que no es otra que contar novedades en tu día a día y conseguir que estas les puedan interesar a un completo desconocido porque, a pesar de no conocerte, ha sentido un consquilleo por saber que más te va a ocurrir. Algo así como haber encontrado un diario ajeno cerrado con un candado con forma de corazón en el que uno lee con la morbosa curiosidad de saber cuando va a hablar esa chica sobre sus relaciones sexuales o de sus peleas en el colegio.

Eso será en otro post.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Mas que una sala de informatica, parece una sauna turca.


NOS VEMOS EN LOS ESPEJOS

Gatsby dijo...

Lo de la sauna turca no anda muy desencaminado.
Me alegra que te fuese bien sustituyéndome.
Aparte del dinerito fresco que sepas que te debo unos chupitos.
Y un regalito que te daré la próxima vez que nos veamos (tachaaaan...xD)

Un abrazo crack!

Quico dijo...

Lo de Gonzalo no tiene nombre....