jueves, mayo 25, 2006

Una hora menos en Canarias

___________________________________________________________

Día tras día que pasa de la semana, ando como un zombi cuyas piernas se mueven más por impulsos que por órdenes del cerebro. Me doy cuenta de la penosa imagen que desprendo al verme andar reflejado en un escaparate sin apenas balancear los brazos y arrastrando los pies notablemente. Cambio a una disposición más activa para no dar tanta lástima pero a los diez metros vuelvo a mi estado natural al haber olvidado que el tío que había visto reflejado en ese escaparate era yo.

La principal causa de este abatimiento es lo poco que duermo a pesar de lo mucho que lo necesito. No hay día en el que no escuche aquello de “tío, tienes que dormir más”, y es que algunas veces es porque no puedo, pero otras tantas es sencillamente porque no quiero. Y es que no se trata de que me levante excesivamente temprano es que, y lo digo con el puño cerrado en contacto con mi pecho:

Me encanta la madrugada.

Y no hablo de esos fines de semana perdidos entre cerveza y cerveza, hablo de la tranquilidad, la evasión o la complicidad que me puede llegar a dar un martes cualquiera a las tantas.

Quizás es por esa sensación de que, aunque yo no lo vea, la mayoría de la gente ya está durmiendo y que aunque solo sea durante ese momento, no existen los gritos, ni los ruidos (aunque muchos digan que la música que escucho lo es), no existe el stress, ni las horas punta, ni los empujones en las taquillas del metro, simplemente existe el descanso físico de miles de personas que logra producir tu descanso mental y que solo conseguirían abatirlo con algún ronquido fuera de tono…

Me acuerdo que hace unos cuantos años, cuando acababa de llegar Internet a mi casa, yo deseaba muchas veces que mi hermano Rafa pasara la noche fuera, para poder así ocupar su habitación durante toda la noche y poder conectarme a Internet hasta altas horas de la madrugada. El IRC se convertía en una especie de barco de colegas en el que quedaban cuatro gatos y a pesar de hablar de tonterías, esas tonterías estarían cargadas de complicidad.

Hoy por hoy, cuando hablo con los amigos por Internet, prefiero hacerlo a altas horas de la noche. Mi disposición cambia y de alguna forma evito esas conversaciones en los que el colega de turno te manda las fotos de “mi finde en Monegros” en las que sale este haciéndose esas autofotos tan odiosas con sus amigas ultrapeinadas y sacando la lengua para enseñar el piercing de la lengua.

De alguna forma si se da alguna conversación de este tipo, esta especie de buena disposición que tengo, consigue que todo eso pase inadvertido para centrarme en conversaciones que aportan verdadera complicidad y que bien te hacen parecer que están sacadas de algún buen guión.

Y algunas veces una tarde cualquiera te la transforman en una buena madrugada.

Y al revés.

Y bueno, con todo esto ya de paso he explicado la segunda parte del título del blog. La primera…


Suena: Tote King – Nosotros Mismos

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues claro q si, viva el msn a partir de las 2 de la mañana que es cuando realmente se pone interesante

Pab dijo...

El mesenger, los privados en foros, correos o lo que sea, el caso es que de madrugada se dan las mejores conversaciones y, por lo menos yo, alcanzo los momentos de mayor lucidez del día.
Curro cuando quieras charlamos, jijiji.

Saludos ;)

Anónimo dijo...

no conteis aki vuestros orgasmos en el messenger de madrugada,hombre x dios

Nieves dijo...

I totally agree.

Miriam (flxt) dijo...

vaya, es un post que podia haber escrito yo. Sobretodo desde ese "tio, tienes que dormir mas". No se cansaran de repetirmelo?