miércoles, julio 05, 2006

Historias mínimas

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De una forma extraña siento como este año que ha acabado (entendiendo por año el periodo que va desde el final de un verano, hasta el principio del siguiente) no ha sido sino más que una etapa de transición. Aquí me encuentro hoy, mirando atrás y viendo que mi tiempo libre se reducía a pequeños ratos por la tarde, y otros tantos bien entrada la noche.

Clase, trabajo, entrenamiento y vuelta a empezar…

Esos tiempos acabaron, momentáneamente claro, y es que un día como hoy mi vida se ha parecido mucho al concepto de tirao que siempre he tenido de mi mismo, pero aprovechando y pudiendo hacer cosas que durante el año, o bien no me daba tiempo a hacer, o bien no tenía ni puta gana por el cansancio acumulado.

Una de esas cosas ha sido poder sacar a mi perro. Y bueno si, para sacar al perro siempre hay un hueco por muy ocupado que uno esté, lo que quiero decir es que por fin puedo sacar al perro en condiciones.

Con el calor que hace, Rey siempre ocupa los lugares más frescos de la casa para dormir. Estos vienen siendo el suelo de la cocina y el del cuarto de baño. Los alterna frecuentemente y si no está en el baño, probablemente pueda notar aún en el suelo de la cocina una zona más caliente donde habrá dormido durante largo rato. Y viceversa.

Mi perro como ya he dicho se llama Rey, pero si quieres que te haga caso cuando estas en casa no intentes llamarle por su nombre, no, llámale o “¡VÁMONOS!” o “¡TOMA!”, También son recurrentes el “a la calle” o “a comer”. Es pronunciar una de estas palabras y ya puede estar en el séptimo cielo y roncando como un animal, que se levantará disparado hacia donde te encuentres y te seguirá de un lado para otro hasta que cumplas con tu palabra. Una vez aprendida esta lección yo siempre me visto, me pongo las zapatillas, las lentillas, cojo las llaves y entonces ya le digo que nos vamos, si no hacer todas esas cosas con el metiéndose entre mis piernas puede ser una tarea digna de prueba de Humor Amarillo.

Una vez cuando estaba sacando a Rey, una niña me dijo con su madre al lado:

- Ayyyy que bonitoooo, jo, ¡yo quiero uno! ¿A que no es muy aburrido sacarlo?

Personalmente creo que hay muchísima distancia entre lo que pudiera ser la pregunta “¿es muy aburrido sacarlo?” a la de “¿a que no es muy aburrido sacarlo?”. Si bien con la primera pregunta pensaría mi respuesta, de la segunda forma contestaré “no, no es muy aburrido” prácticamente por inercia.

Lo cierto es que ahora que de alguna forma saco a Rey de verdad, y no simplemente para mear como hacia en tiempos de guerra, puedo asegurar que no me resulta nada aburrido y es que incluso en más de una ocasión siento que es Rey el que me saca a mi. Ya le hemos enseñado a que se siente y de la patita, a ver si conseguimos que diga “¡Vámonos!”.

Del momento de sacarle, si que hay uno del que todo dueño ha intentado hacer como que-no-ha-visto-nada y es el momento en el que toca sacar esa bolsa negra. Como bueno cagón que es mi perro siempre llevo dos o tres de esas bolsas en el bolsillo, y una cosa he aprendido: Siempre, SIEMPRE, hay que abrir la bolsa negra antes de salir de casa. Y es que si bien cuando estés en tu casa abrirás la bolsa sin ningún tipo de problema, basta que te encuentres en la calle, a punto de recoger el pastel para que esa bolsa tenga un cierre hermético que muchas bolsitas de ketchup del McDonalds envidiarían.

La imagen de una persona abriendo una bolsa de plástico delante de…en fin, de eso, durante unos minutos, es la imagen que encontraría cualquier persona en el diccionario al lado de la palabra: Bochornoso.


Y bueno, para cerrar este insulso post recomiendo desde aquí una película argentina que ví ayer a eso de las 3 de la madrugada:



Que una película me consiga despertar tantos sentimientos mostrando tres historias tan cotidianas y normales, merece al menos una mención por mi parte. Esta es.


Suena: Kwoon – I Lived on The Moon

6 comentarios:

KARMILA dijo...

Yo entiendo un poco eso de sacar a pasear a los perros, yo tengo una perrita se llama Winnie pero yo le digo Winna, sinceramente no me gusta sacarla aqui en la ciudad porque mi perra es algo algo sociable y con todo mundo se va¡¡ y yo tengo que salir volando por ellam hay que pena¡¡¡ pero me gusta ver como la gente la quiere y la apapacha.

Yo prefiero llevarla al rancho cada fin de semana que son los dìas que puedo decir que tengo perra porque en la semana mi hermano se ocupa de ella, pero cuando salimos a caminar al campo lo disfruto tanto, que no se quien es más feliz si ella o yo.

Besos para tì y para el lindo Rey.

Bye, bye.

Anónimo dijo...

Curro, tienes que enseñarle a Rey la palabra "correoso". Ayudante de Santa Claus la sabe, y tu perro no va a ser menos.

Anónimo dijo...

Ni puto caso al Pepe,le tienes que enseñar la frase "dejame hablar!!!!"

Anónimo dijo...

bien, a partir de ahora, siempre q te pregunte algo, lo hare en negativa...

a que no te importa acompañarme al aeropuerto a por un manguito con cacahuetes?

Anónimo dijo...

en este año en las practicas el tutor me dijo,"nunca preguntes a nadie empezando esta pregunta x no"
"no kieres verdad?"
"no lo has hecho?"
" a q no lo tomas?"

tu lo has descubierto x ti mismo
felicidades currelas
eres un sabio

Curro dijo...

Zoe, seguramente si te acompañé fué porque me lo preguntaste de esa forma. ¿A que no te importa regalarme un manguito? :D

Sonia, seguro que tu tutor también tiene un blog, dame su direccion. Yo te conseguiré el msn de la de Derecho.