domingo, diciembre 28, 2008

Navital

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Llega la Navidad, tiempo vacacional para comer turrón y cantar villancicos rodeado de los tuyos pero, un momento, ¿qué pasa cuando los tuyos no están cerca?.

Cosas de la vida en mi familia no hay un sólo madrileño, dividiéndose esta entre canarios por parte de padre y sevillanos por parte de madre. Hasta hace unos años, cuando mi padre conseguía billetes de avión gratis, los Gil teníamos a bien escaparnos una mitad de la navidad a Canarias y la otra a Sevilla alternándose Nochevieja y Nochebuena según el año. Se acabaron los billetes gratis y se acabaron las navidades divididas. Los Gil pasaríamos desde entonces toda la navidad en Madrid.

Canarias, Sevilla, distintas borracheras en distintos lugares, abrazos por aquí, reencuentros por allá. Lo que asi pueda quizá sonar bien, el recuerdo que tengo yo de ese tipo de navidades venía a ser una maratón de visitas a familiares, algunas de ellas sufridas como un parto, que se alejaban bastante de lo que para mí unas vacaciones deberían ser.

Creo que el problema de la Navidad es la propia Navidad. La gente de forma inconsciente tiende a crearse un concepto de ella atribuyendo acontecimientos: Si algo malo ocurrió en la Navidad del 87, las Navidades apestarán porque la gente parece que me obliga a ser feliz cuando lo que quiero es guardar el recuerdo que ese algo merece. Ya no importa que no trabaje y tenga vacaciones, no importa las reuniones con la familia, no importa que me den regalos y coma como en mi vida, no, lo que importa es que tal día ocurrió tal cosa y resultó que era Navidad.
En Marzo me hice un esguince de tobillo. Marzo me parece un buen mes, me molestaría odiarlo por culpa de ese esguince.*

¿La Navidad? A mi me gustan las vacaciones, me gustan los regalos, me gusta comer bien y me gusta que mis hermanos y padres nos reúnamos en una mesa para cenar y hablar porque siento que no necesito nada más. Y sí, odio la gente que canta villancicos con voz nasal, me jode que la crisis afecte a que no encuentre un puto trabajo precario y no a que el alcalde se gaste más dinero que el año pasado en luces, y desde luego no me gusta que la gente espere de mi que me comporte mejor que el resto del año por el vomitivo y forward fenómeno del "espiritú navideño".

Odiar o amar la Navidad no es más que poner en una balanza los pros y los contras de esta. A mi es que me da una pereza siquiera ir a buscar una balanza...

En fin, que feliz 2009 para todos.


* Ejemplo discutible a todas luces. Soy consciente.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Eso es que aún no has salido a comprar los regalos.

Ba dijo...

En mi casa también somos "los Gil", pero nuestra napia nos detecta más como "los Luciano". Alomejor resulta que somos primos o algo así.

De tu reflexión, nada que añadir, aparte de que la navidad mola cuatro veces más cuando te vas de casa y vuelves en esas fechas. Además de recibir algún regalo, comer de puta madre y alargar alguna comida o cena hasta las mil despollándote con los tres miembros principales de tu familia... viva la nochevieja. El rollo de las campanadas me pone la piel de gallina, y creo que uno tiene derecho a respirar aún así.

So, feliz 2009. No olvides fijarte en los comecocos de la 1 para no confundirte con cada campanada.. xD

Zalo dijo...

Frío, Explicarle a todos tus parientes porqué trabajas en la tele si estudiaste Trabajo Social, pachanga en Nochevieja, Ramón García...

A mí la Navidad no me gusta y punto. No es por ser moderno ni guay ni mierdas de esas, es simplemente que lo veo como el clímax total de lo que siempre he odiado: borreguismo y sentimiento happy desmesurado...

Mola mucho más decir que la Navidad te deprime. Dónde coño va a parar...

Curro dijo...

Si cayera la entrada de Metallica en lugar de la colonia de David Bisbal otro gallo cantaría, jeje.

Aunque con lo de Ramón García, mñee... ahí la has clavao. Felicidades de nuevo, by the way.

nus dijo...

Yo a veces me pregunto si realmente se espera que la gente sea mejor persona en Navidad o es sólo lo que creemos que los demás piensan. Porque yo no espero que una persona sea diferente sólo por estar a 25 de diciembre.

Personalmente me encanta la navidad, es lo que tiene ser una consumista nata.

Ah! Y feliz 2009 ^_^

Ana dijo...

Señor Gil, no se/nos engañe.. sabemos que le gusta la Navidad y pasear por el centro abarrotado de gente pestosa deseando consumir los dineros y andar delante de usted despacico y sin ritmo.

A mi también me gusta.