lunes, abril 24, 2006

10000 kisses

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A veces me da por pensar que soy un antisocial y como excusa me pongo que soy una persona tímida. Otras veces, en cambio, me veo en situaciones en las que me siento exageradamente sociable, y la excusa que me pongo esta vez suele ser que me encuentro de muy buen humor y este buen humor eclipsa la timidez.

¿Qué pasa entonces cuando me siento tímido y de buen humor?


Pues que espero. Observo como si de un ave de presa se tratara a ver si la situación es apropiada para encerrarme en mi mismo y balbucear un seco “hola” o bien para sacar el alma extrovertida y buenrollosa que llevo dentro, y comportarme cual concursante de Allá Tú que está crecido porque le toca abrir las cajas.

En torno a este asunto, podría decir que hay una situación que odio sobremanera y que popularmente se conoce como: La Presentación.

Hablo sobre todo de las presentaciones en masa que me resultan lógicas y estúpidas a la vez.

Lógicas porque...

Bueno, mejor empiezo con lo de estúpidas.

Estúpidas porque se supone que este tipo de cosas se hace para dar pie a como se llama cada persona, pero a quien cojones queremos engañar, cuando nos presentan a alguien jamás nos quedamos con el nombre de esa persona, a no ser que sea un tanto peculiar (tanto el nombre como la persona). Yo esto lo justifico porque cuando me presentan a una chica, en lo que me centro es en como dar los dos besos: que si no tengo que chocar muy fuerte con la cara, que si hay que mantener la distancia adecuada a la comisura del labio ajeno, que si hay que tener cuidado en el momento en el que se pasa de un lado del moflete al otro… (una vez llegué a tener un choque de narices, joder), y en el caso de cuando me presentan a un chico, la razón por la que después no recuerdo el nombre es porque al no tener ninguna intención sexual con esta persona , su nombre me la suda. (es broma, pero tampoco mucho). Y eso, que sea por la razón que sea, el recordatorio del nombre resulta, de primeras, un proceso complicado y que solo recordaremos, en la mayoría de los casos, preguntando posteriormente.

Y bueno, lógicas porque es el protocolo a seguir y empezar a transgredirlo por el hecho de que resulte estúpido conllevaría a dar una explicación que sería tan absurda como la propia presentación. Y no sé muy bien ni que coño he dicho, pero aun así, me ha gustado.

Otro momento de este estilo y que no tiene que ver con mi estado de ánimo, es mi odio hacia las despedidas… también en masa, porque no decirlo.

Encontrarte de pronto con un grupo de amigos que ha ido aumentando de personas por la llegada de amigos de amigos, y del que finalmente conoces a tres personas de quince, (entendiendo por conocer a esas personas que realmente te apetece decir Adiós, y no a ese tío de tu barrio que te has cruzado ochocientas mil veces y te has hecho el loco haciendo como que no le has visto), y toca despedirte una por una. Incontables han sido las veces que me he escaqueado de este tipo de situaciones diciendo a uno de ellos que me voy, y proponiéndole que se lo diga a los demás de mi parte… “que tengo mucha prisa” (prfff).

A veces me da por pensar que soy una persona a la que le encanta tomarse un bol de cereales acompañado de unos de esos teletienda de cuchillos y me pongo como excusa que soy un tipo algo excéntrico (joder, ¿he dicho tipo?). Otras veces, en cambio, lo que me encanta es descansar a ciertas horas de la madrugada a oscuras y con algo de música de fondo, y como excusa me pongo que soy una persona normal y que esta normalidad eclipsa a la excentricidad.

¿Qué pasa entonces cuando me apetece descansar viendo un teletienda, con un bol de cereales en la mano y algo de música de fondo?



Mierda, se me ha vuelto a hacer tarde…


Suena: Saian Supa Crew – Rouge Sang

9 comentarios:

Anónimo dijo...

oye tu,puto curro,utliza tu blog para la publicidad.



aun asi,me sigues agradando,aunq cuando me ves apartes tus heridas x si acaso...

Pab dijo...

Muy bueno Curro :D me ha recordado a situaciones que me han pasado a mí.

Te puedo enlazar???

Y tal... Besotes! ;)

Anónimo dijo...

y ya que tu post hace una clara referencia al todopoderoso maynard y sus acolitos,que tal a ver puesto una cancion cilla de tool

(una humilde sugerencia)

Anónimo dijo...

dos palabras:

gafas y gorra

la lacra de toda presentación femenina acompañada de dos besos...

Habitualmente (sobretodo por Usera DF y Carabanchelingtown) llevo de las dos cosas. Si lo de la primera impresión es cierto, esto explicaría muchas cosas...

Anónimo dijo...

Yo tambien he tenido algun choque de narices en presentaciones. Pero bueno, yo creo los dos que se chocan las narices piensan: "ala, ya he quedao mal delante de este/a"

Muy agudo el título de este post, pero como ha dicho mi buen amigo Sánchez, ya que estabas haber puesto alguna de ese disco. Por ejemplo: The Pot, 10000 Days, o Rosetta Stoned digo yo.

Pd: te escribiré dentro de poquito, o no. CLAVES!!!!

Anónimo dijo...

esas pekeñas cosas q te normalizan curro, ya sabes...

por mas q lo intentes..no, eres raro de pelotas...

Odio dar dos besos a la gente, odio esa clase de protocolos, con lo facil q es decir hola...siempre q puedo lo evito..por esta clase de cosas despues se desvirtuan los besos y los abrazos...seria genial q todo el mundo se diese la mano, como los hombres d negocios (no como los makois de villalba)

eso, o q la antisocial soy yo...

ya etsoy por aki!!
hola!

Curro dijo...

¡Hola Zoe!, Welcome Back :)


Pepe, ratifico lo que ya te ha comentado Zalo:

La chupo de maravilla.

Por cierto Zalo, un día sería curioso que tuvieras que dar dos besos a alguien llevando ambos gorra y gafas... sería como una prueba de Humor Amarillo, joder.

Anónimo dijo...

jajajaja ME ha gustado mucho el post, me he visto reflejado. En las presentaciones en masa no me acuerdo del nombre de nadie salvo en raras ocasiones (como las que has comentado)... pero son MUCHO PEOR las despedidas en masa cuando te despides de alguien con el que no has cruzado ni una palabra en toda la noche. Me siento ridículo.

Nieves dijo...

Totalmente de acuerdo con cada línea. Yo no llevo gorra pero mi pelo sieeeeempre se engancha en barbas, perillas o bigotes.

Lo de los dos besos con un desconocido es absurdo. Es una invasión del espacio mínimo personal. A mí me hace gracia el momento en el que llego la última a una comida familiar (que se traduce como treinta familiares besucones sentados en una mesa) y tengo que agacharme y pasar entre las sillas y torcer el cuello peligrosamente para llegar a los dos lados de la cara. Y esos besos manchegos destrozaoídos...

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