miércoles, marzo 01, 2006

¿Qué habrá detrás de esa pared?

___________________________________________________________

Hacía bastante que no salía a la calle con música en mis oidos, y la verdad es que el reencuentro me ha encantado. Retrasar los placeres sirve para disfrutarlos de mejor gana cuando tienes ese reencuentro con ellos (no es lo mismo beberse un vaso de horchata cada 10 minutos, que hacerlo una vez al día).

Resulta curioso lo diferente que puede llegar a sonar un disco encerrado en tu casa o escuchándolo andando por la calle, por tu barrio o por plena Gran Vía con todo el tumulto de gente de arriba para abajo. Cuando estás en casa poco hay alrededor más que lo que escuchas y tu mismo, por el contrario cuando andas por la calle lo que te rodea se convierte en una parte importante de lo que escuchas, desde la temperatura, hasta la luz del día (o la ausencia de esta), el acordeonista de Avenida de América o esas palomas que no se asustan por muy cerca que pases de ellas.

Yo todo esto lo atribuyo a que cuando andamos por la calle con la música puesta lo hacemos siempre (o casi siempre) con el fin de llegar a algún sitio, y es por eso que de alguna forma la música tiene un papel secundario.

Iba yo en el metro en un tren de la linea 10 que cogí en Gregorio Marañón con destino Tribunal. Solo dos paradas de viaje. Sin proponermelo empecé a escuchar esa canción que como si estuviera en mi casa, como si nada de lo había alrededor existiera. Fue algo así como cuando en algunas películas todo se vuelve oscuro y solo hay un foco iluminando al protagonista, ese protagonista era yo y a mi alrededor solo estaba esa canción. De repente ese foco se encendió un poco más de lo normal y pude descubrir en el reflejo de una ventana mi careto de dormido, no por haber dormido poco, sino por las 12 horas seguidas de sueño de las que aún quedaban evidentes secuelas. Ese reflejo fue de alguna forma el interruptor para que la luz volviera a aparecer. De nuevo me encontraba en el metro rodeado de gente, de prisas y de gente con prisas.

Tin Tun Tin: Próxima estación, Plaza de España...

- Ouch!

Las luces se habían apagado tanto que ni siquiera consiguieron iluminar el letrero donde ponía Tribunal y me salté la parada, lo que me hizo llegar más tarde de lo que ya llegaba. La verdad es que llegar tarde no me importaba una mierda, entraba a currar y con lo que me pagan mi despreocupación hacia este tipo de cosas es como decirlo...



Lo que me jodía es que mi conciencia hiciera que tuviera que salir echando ostias de ahí con lo poco que me apetecía correr, pero bueno había tenido uno de esos "momentazos" asi que el carrerón sería menos sufrido.

Para acabar hago un aviso a todos los usuarios del Abono Transporte:

CUIDAD DE ÉL!.

Es principio de mes, vigiladlo como si se tratara de un jodido diamante. Los muy cabrones tienden a huir de nuestros bolsillos siempre a principios de mes...


Suena: The Boxer Rebelion - We have the place Surrounded

5 comentarios:

Anónimo dijo...

joder q mendruga soy, no sabia q a rober le operaban el mismo dia!!

lo q hubiese dao por ver como te pasabas de parada de metro...juas juas...seguro q mas divertido q luchar por conseguir meterme en la boca un trocito de jamon york...

Anónimo dijo...

lo de pasarme de parada me pasó hace no mucho. Dos veces en el mismo día (tardé el doble de tiempo en llegar a mi casa). Un día así lo puede tener cualquiera... Por suerte el abono no se me ha escapado del bolsillo nunca.

Anónimo dijo...

gran consejo

espero no acordarme de él mañana. Ya lo perdí un día 5...

Sieghild Erzherzogin von Zeppelin dijo...

a mi nunca se me ha perdido el abono... desde hace 4 meses :D

Fer dijo...

Yo dejé pasar semiconscientemente el autobús que estaba esperando... Lo peor es que éramos 3...