Aqui... in my office

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"Francisco, ya no des de entrada más dosímetros hasta que yo te lo diga.

Gracias."

Este es lo que ponía en el post-it que me he encontrado pegado en la pantalla del ordeandor de la recepción donde cada tarde realizo mi (in)actividad laboral. Este mensaje traducido vendría a ser algo así:

"Francisco, tocate los huevos hasta que yo te lo diga.

Gracias."

¿Gracias?. Gracias a tí, joder.

Y ahora algún lector inspirado pensará "¡Juuh!, hoy Curro no ha currado"


Jajajajajajajajajajaja


Ya nos hemos descojonado todos, ¿no?. Bien.

Trás leer el post-it he pensado "¿y qué cojones hago yo ahora durante estas dos horas?". Y es que el teléfono suena dos veces por tarde lo que me mantiene distraido una media de minuto y medio al dia. El salvapantallas del ordeandor es un acuario virtual (yeah) que se encendió hace media hora y que aparece trás media hora sin tocar teclado ni ratón (aqui es cuando tu, mi astuto lector, deducirás que no tengo internet). Este acuario mola mirarlo, pero en realidad tampoco mucho. Y luego está la Kiss Fm por la que ahora mismo suena el "I Just Come To Say I Love You" de Stevie Wonder, sobre lo cual...

La solución a todos mis problemas ha pasado por coger el manual del telefono-centralita que tengo aqui al lao y ponerlo encima de la mesa por dos razones:

1) Para que parezca que hago algo (por si viene alguién)

2) Para poder esconder debajo la hoja donde estoy escribiendo este post (por si viene alguién)

Y como iba diciendo, ayer fué mi cumpleaños.

Quizá debería hacer un balance de lo ocurrido durante mis 20 años (no durante toooodos los 20, me refiero a la etapa de los 20 a los 21) pero bien pensado, (tampoco tan bien) un cumpleaños al fin y al cabo no es más que un cambio de dígito en tu edad y una especie de excusa para ver la cantidad de gente que es capaz de acordarse de que ese es tu puto dia.

A veces pienso en que la edad no es más que un número que determina lo bien o mal visto que está hacer determinado tipo de cosas:


*Tin ton tin. Próxima estación: Chueca

- ¡¡Eh tio!!, bajate, que esta es tu parada, jajajajajaja.
- Pues no, gilipollas, que seguro que me espera alli tu puta madre...
- Jajajajaja, No te piiiiques tiiiioooo, jajajaja.
- Que dices chaval, ¡si yo no me he picao!

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- Hey troncos, le he pillao la cámara de fotos a mi viejo. ¡Vamos a hacernos unas fotos!
- ¡Venga va!, pero tienen que molar ¿¿eh??
- Hey, tengo una idea. Vamos a salir haciendo un calvo!! Jajajaja.
- Jajajaja, ¡¡no hay huevos!!

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- Hey tio ¿a tí quién te mola?
- ¿A mi? prffff, a mi nadie, tio.
- Como que nadie, alguién te tendrá que molar. ¿No te mola la Sandra?, pa mi que tu le molas eh?? Jajajaja.
- Que dices troncoooo. Además la Sandra es mazo de fea!

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Quizás también un cumpleaños sirva para echar de menos incluso las mayores subnormalidades de la adolescencia.

Aprovecho este post para felicitar a la que fué mi primera compañera de habitación. (Si, me refiero a mi hermana.)

Felicidades Miriam.


Suena: No quieras saberlo