domingo, octubre 16, 2005

Saca un huesito y el corazón

___________________________________________________________

Una noche más, en una de esas tantas vueltas en buho, volví a coger el sitio de siempre. Ese sitio en el que fijo mi mirada desde fuera a través del sucio cristal, y casi me concentro para que ningún desgraciado que va por delante mio me lo robe. Algunas veces pasa, otras no. Veo un tio a lo lejos que no solo se parece mucho a mi, si no que además va vestido igual que yo. Achino a los ojos para advertir quien es. Es mi puto reflejo, joder. Muevo el brazo derecho para comprobar lo pardillo que soy y ya de paso me lanzo un saludo. La culpa es del sueño, no del alcohol.

Poso mi culo en ese asiento que con esa especie de felpudo parece más cómodo, acompaño un suspiro al momento de aposentarme que al alargarse más de lo debido hacen plantearme que me estoy haciendo mayor (en un par de semanas los 21 - pienso). Estiro las piernas, las cruzo y echo la cabeza ligeramente para atrás apoyándola en el respaldo (la palabra comodidad en el diccionario debería llevar adjunta una foto de esta postura - vuelvo a pensar). Dejo caer mi cabeza ligeramente a la derecha, veo un chaval que anteriormente solo había advertido de reojo su presencia. No me había fijado en la cara de destrucción que llevaba. (este va a echar hasta el higadillo antes de que baje del bus, fijo - requetevuelvo a pensar). Muevo mi cabeza muy lentamente esta vez a la izquierda, estoy al lado de la ventana. A pesar del sueño que tengo y la postura no llego a cerrar del todo los ojos. Parpadeo a cámara lenta, pero no cierro los ojos. Cinco minutos de viaje, muevo de una inesperada brusquedad la cabeza hacia la derecha sin cambiar de postura. El chaval había abierto el grifo, no me fijé en si entre todos los tropezones se encontraba el higadillo, pero seguramente estaría buceando por ahí.

Lo sabía - requetepensé trás una estúpida mueca de semisonrisa que me salió sin querer en señal de quelistoquesoy.

Y no en ese, pero sí en uno de estos viajes que acompañan mi rutina acabé el libro que empecé el Lunes. No me ha parecido un librazo en cuanto a argumento ni por asomo, pero simplemente por el hecho de haberme visto identificado con el protagonista de alguna forma y haber encontrado un mensaje al final del mismo, hace que me sienta satisfecho. Está bien eso de que las cosas no siempre se resuman a si nos gustan o no, sino a saber ver si hemos sacado algo de provecho de ello. Y creo que esa es la razón por la que trabajo de recepcionista dos horas por las tardes aguantando durante esas dos putas horas la kiss fm:

Suena el telefono.

- ¿Si?
- Francisco, (asi me llaman allí) ¿has cambiado la sintonía de la radio?
- Emmmmm.... Errrr........ Ssssi.
- Jeje, pues dejala donde estaba. A ninguno nos gusta demasiado, pero son ordenes del jefe.
- Ok, ok.

Que no cunda el pánico, joder. ¡¡¡que no cunda el pánico!!!. Todavía no me he vuelto loco.

Hacedme un favor y llamadme un día de estos para salvarme la vida. Al otro lado de la linea estaré yo a escasos segundos de pegarme un tiro por lo que mis oidos no han dejado de oir una y otra y otra (y otra) vez.

Gestisa, buenas tardes.


Suena: 40 Below Summer - Monday Song.

4 comentarios:

Deyector dijo...

¿dos horas de Kiss FM al día? Ya te sabrás de memoria la cinta ¿no? algún día deberían cambiarla...

Anónimo dijo...

Qué órdenes del jefe ni qué hostias. Por muchísimo menos se han desatado guerras, han rodado cabezas y muerto niños.

Curro, vas a tener que demostrar todo lo punki que eres o se te van a subir al lomo. Por el amor de DIOS, estamos hablando de PERSONAS.

NUWANDA dijo...

kiss fm dos horas! espero q no empiezas a sacar tu lado homosexual. Arregla el link

Anónimo dijo...

Demasiado tarde, guapo.