lunes, agosto 01, 2005

¿De qué me habla? ¡Yo solo quería la pasta!

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Cuando entras a un bar y te vas al baño a mear para ver si por el camino te encuentras con alguién, o cuando te encuentras allí y siendo el que menos borracho va, eres el que más ganas de vomitar tiene, entonces es que algo pasa. Algo que no mola, claro.

Hoy me he levantado a las seis de la tarde en el enésimo trastorno de sueño del verano. He comido pollo con champiñones que con tan buen criterio mi madre me ha dejado en la nevera y me he bebido un gazpacho y una coca cola de esas que te echas en un vaso y te das prisa en beber antes de que baje toda la espuma del gas (me pregunto hasta cuando seguiré haciendo esas gilipolleces).

Durante este nutritivo desayuno he estado dándole vueltas a como emplear el tiempo libre esta madrugada de insomnio. Mi yo imaginativo dice que estaré toda ella estudiando como un cabrón, mi yo real no solo se rie de mi yo imaginativo señalandole con el dedo si no que se le ocurre cosas más atractivas como esperar a que toda la gente con la que estoy hablando por el msn se vaya a dormir para escribir este post, dar un paseo por su solitario barrio en obras y después ver algún capítulo de "Padre de Familia" mientras se toma un Choco Instant.

Aparte de esto, hoy he encontrado una desventaja al hecho de no fumar, y es que nunca salgo a la terraza a mirar a la calle aunque sean cinco minutos, por la sencilla razón de que no tengo una excusa en forma de Marlboro que me lleve a ello. Desde mi terraza la verdad es que no se ve una mierda, es uno de esos inconvenientes de vivir en un bajo, pero aún mirando las obras del metro que tengo justo en frente, ese sauce que lleva ahí toda la vida y las cuatro cosas más que se pueden ver, se puede sentir una agradable tranquilidad.

*Por cierto, yo siempre me pregunté la razón de la poca #sujeción que siempre han tenido los auriculares a mi oreja, y es que a la mínima que muevo el cuello estos se caen. Cuando voy sentado todavía se sujeta algo, pero cuando voy andando tengo que ir con el cuello erguido y apretándome cada diez segundos el auricular al oido para que este no se caiga. Pude averiguar la solución hace unos meses y es que sintiendolo mucho, me falta un trozo de oreja.

No es que me falte, si no que lo tengo demasiado pequeño, asi que la solución estaba o en hacerme la cirugía o cambiar a unos cascos de diadema.

Un dia de estos pondré que tal me las dejaron.

Ahora me tocaba ir a dar un paseo, ¿no?.


*: "Por cierto" es un recurso irónico que se usa para contar algo que no viene a cuento.

#: He tenido que buscar esta palabra en el google para ver si se escribía asi. O si existía.


Suena: Isis - Syndic Calls

5 comentarios:

Jorge dijo...

"No es que me falte, si no que lo tengo demasiado pequeño"

Amigo, me pasa lo mismo.

Anónimo dijo...

Puto Jorge... jajaja.

Anónimo dijo...

pues yo me kompré unos kaskos k tenian komo una gomita alrededor, k sujeta, y una vez se me kaia uno todo el rato y no sabía porké (llegué a pensar k tenia un agujero de la oreja más grande k el otro, je) y na, es k ese aurikular no tenia gomita...
asi k eso,
buska unos aurikulares kon goma de esa (gomita suena mal no?)
besos

Anónimo dijo...

Ana, "goma de esa" sigue sonando igual (de mal o de bien, eso no lo se).

Sara, si salir a la terraza sin cigarro es de pajilleros, que sería salir con una pajita a modo de cigarro de pega?

Anónimo dijo...

pollo achampiñonado, pollo achampiñonado, pollo achampiñonado,
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